"Uruguay se encuentra en una posición envidiable en muchos aspectos; el país goza de una democracia que funciona bien, estabilidad política, gobernanza e instituciones sólidas y un alto grado de cohesión social (…) Pero han surgido desequilibrios y los desarrollos externos siguen siendo un obstáculo", dice el informe.
Para el FMI, este país sudamericano atravesó una década y media de "crecimiento robusto", bajo gobiernos del Frente Amplio (izquierda), y cuenta con un "alto ingreso per cápita y bajas tasas de pobreza, desigualdad e informalidad".
Asimismo, los técnicos del organismo crediticio destacaron que el sector financiero sigue siendo resistente a pesar de la volatilidad del mercado financiero regional, en particular el argentino, cuyo riesgo país supera ampliamente los 2.000 puntos.
Indican que la posición externa se mantuvo robusta "con el déficit en la cuenta corriente fluctuando alrededor de cero y con un colchón adecuado de reservas internacionales" y advierten que el pequeño país se vio perjudicado por la caída de los precios de las materias primas, un crecimiento mundial lento y las turbulencias financieras de su vecino, aunque "las bajas tasas de interés a nivel mundial ofrecen cierto respiro".
En ese contexto, se muestra expectante por la construcción de una nueva planta de celulosa, de la firma UPM, para 2020, de la cual se espera aumente en un punto el PIB, y recomienda a las nuevas autoridades "utilizar esta oportunidad para revertir la acumulación de desequilibrios y emprender reformas para proteger logros y continuar la convergencia de ingresos".
Los objetivos más importantes del próximo presidente, Luis Lacalle Pou, para el FMI deben ser reducir la deuda, que a noviembre de 2019 ascendía a 38.161 millones de dólares, y llevar la inflación al punto medio del rango meta.
"La recuperación del crecimiento de la productividad es indispensable para mantener la cobertura del estado de bienestar y asegurar la equidad intergeneracional", decreta el FMI.
"El sector financiero —que había reducido notablemente su exposición a Argentina antes del comienzo de la crisis— se mantiene robusto, y el diferencial de los bonos soberanos sigue bajo; sin embargo, debido a la depreciación de la moneda, la dolarización de los depósitos ha aumentado", advierte el informe.
Según el personal técnico del FMI, el crecimiento se recuperará del 0,5% en 2019 al 2,1% en 2020 y al 2,5% en 2021, a medida que los proyectos de inversión avancen, lo que permitiría contrarrestar los efectos de contagio provenientes de Argentina.