Evo Morales fue obligado a renunciar el 10 de noviembre en medio de denuncias de fraude en las elecciones presidenciales que terminó en su exilio, primero en México y luego como asilado en Argentina.
Los resultados se tradujeron en altas tasas de crecimiento económico durante el auge de precios de las materias primas, pero comenzaron a deteriorarse cuando estos bajaron. De hecho, para el exmandatario, haber privado a las élites de la explotación de sus recursos fue parte de lo que motivó las maniobras en su contra.
Más allá de lo estrictamente político, "la inversión extranjera ha prácticamente desaparecido desde 2009", comentó en diálogo con Sputnik el experto en minería y exministro Jorge Espinoza. Esto ha obligado al Estado a apuntalar el sector, con el sacrificio presupuestario que esto conlleva.
"Los metales empezaron a subir rápida y vertiginosamente, más o menos desde 2006 y hasta 2014. Luego hubo una caída, pero no muy fuerte pero en los últimos meses se ha intensificado. Unos lo atribuyen a la guerra comercial entre China y Estados Unidos y al decaimiento de la economía china. Obviamente esto está causando estragos en la minería boliviana", apuntó.

"Antes teníamos el sistema de concesionamiento minero, donde se otorgaban determinadas áreas que eran consideradas como bienes inmuebles. Estas eran transferibles, transmisibles e hipotecables. Con la nueva Constitución política del Estado, que se dictó en febrero de 2009, se reconocen solamente derechos sobre un área y no concesiones. O sea que un inversionista con solo preguntar si invierte su plata en Bolivia va a decir rápidamente no, porque otros países vecinos como Chile, Perú y Argentina si tienen ese sistema", analizó.