En el transcurso de estas pruebas el fabricante ruso de los vehículos blindados Uralvagonzavod se aseguró de que las prestaciones de movilidad de los tanques, propulsados por una turbina de gas, se adecúen a las exigencias del Ministerio de Defensa de Rusia.
También se aseguraron de que todo el armamento del carro de combate funcionaba debidamente. Está compuesto por una ametralladora de 12,7 mm y un cañón de 125 mm. Pusieron igualmente a prueba los sistemas de control y puntería de tanque.
Debido al hecho de que este carro tiene una turbina de gas en vez de un motor diésel, es más apto para el clima frío, puesto que este tipo de propulsores es menos susceptible a fallar en estas condiciones. A modo de comparación, en el invierno ruso un tanque diésel puede tardar en arrancar hasta 40 minutos, mientras que al T-80 le basta con tan solo tres minutos.
De hecho, es el primer tanque del mundo que se fabrica de serie con este tipo de propulsor. Como es muy veloz, los militares rusos lo acabaron llamando tanque volador.