El nuevo presidente de Argentina, el peronista Alberto Fernández, pronunció un discurso conciliador pero contundente tras juramentar el cargo. Sentado junto a su vicepresidenta, la exjefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner, el mandatario abordó grandes temas como la pobreza, el hambre y la acuciante situación económica que hereda de su antecesor, el conservador Mauricio Macri. Sin embargo, apeló también a la unidad:
"Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre argentinos. Tenemos que superar el muro del hambre que deja a millones de hombres y mujeres afuera de la mesa que nos es común. Y, finalmente, tenemos que superar el muro del despilfarro de nuestras energías productivas".
En relación a la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas que mantienen Argentina y Reino Unido, y que la administración Macri relegó dijo: "Honraremos la memoria de quienes cayeron en la lucha por la soberanía. Lo haremos trabajando por la resolución pacífica del diferendo y sobre la base del diálogo que propone la Resolución 2065 de las Naciones Unidas. No hay más lugar para colonialismos en el Siglo XXI. Sabemos que para esta tarea no alcanza el mandato de un Presidente, o de un Gobierno. Exige una política de Estado de mediano y largo plazo".
Asimismo, advirtió acerca del crecimiento del autoritarismo en el mundo y lo contrapuso al compromiso de los argentino de vivir en democracia.
"Hoy vengo a manifestar frente a esta Asamblea y frente a todo el pueblo argentino, un contundente Nunca Más".
"Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, 'operadores judiciales', procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno. Nunca más a una justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno. Lo digo con la firmeza de una decisión profunda: Nunca más es nunca más", sentenció.
Dominica bajo el radar de la OEA
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, intentó interferir en las elecciones que Dominica celebró el pasado 6 de diciembre, a través de su apoyo a una reforma electoral exigida por los opositores al primer ministro Roosevelt Skerrit (Partido Laborista), quien obtuvo una victoria aplastante.
"Hubo protestas encabezadas por grupos que buscaban suspender comicios y retrasarlos hasta la reforma. El punto más álgido fue cuando Almagro se manifestó y dijo que habría fraude, algo que la OEA posteriormente cambió al reconocer los resultados".
"Como no podían ganar por las urnas, lo que hicieron fue deslegitimar los comicios. El interés de Almagro era ir mellando a este grupo de países con un voto más neutral en la OEA. En mayo hay elecciones en la organización y Almagro busca reelegirse. En cada uno de los votos, y en cada una de las situaciones, el interés está en asegurar que los gobiernos voten a favor de la OEA", destacó la socióloga y académica Bárbara Ester.
"El voto de Dominica en cuanto a la OEA está cantado. Skerrit denunció la injerencia de Almagro", señaló Ester.
En el programa se informó a su vez acerca de la detención del excónsul de Bolivia en Argentina, Ademar Valda, cuando abordaba un vuelo con destino a Buenos Aires; y la situación de la prefecta de la provincia ecuatoriana de Pichincha, Paola Pabón, quien permanece en prisión preventiva por delito de rebelión, algo que califica de persecución por parte del presidente Lenín Moreno.
El equipo de 'Voces del Mundo' está integrado por Telma Luzzani, Néstor Restivo, Mercedes López San Miguel, Franco Luzzani y Patricio Porta.