Ambos líderes se posicionaron en plena campaña electoral sobre un tema que arrastra vestigios del pasado imperial del Reino Unido. Lo hicieron luego de que el 22 de noviembre el primer ministro de Mauricio, Pravind Jugnauth, denunciara al país europeo como "ocupante colonial ilegal".
"Fue un triunfo de la perseverancia de los pueblos colonizados", destacó en diálogo con Sputnik el profesor Sergio Galiana, especializado en historia de África y procesos de descolonización en las universidades argentinas de Buenos Aires, General Sarmiento y Quilmes.
"Formalmente hoy uno puede decir que el derecho internacional le dio la razón: ya no es solamente Mauricio versus Gran Bretaña sino que la comunidad internacional de alguna manera avaló el reclamo", apuntó Galiana, aludiendo al pronunciamiento que hizo la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en febrero de este año a pedido de la ONU.
La historia y su contexto
"Mauricio era un territorio administrado por Gran Bretaña desde principio del Siglo XIX, incorporando al archipiélago de Chagos, con población nativa pequeña pero estable", reseñó Galiana.
En aquel tiempo, el Reino Unido era un imperio con posesiones en casi todos lo continentes. Por tanto, la ubicación de Mauricio en general y Chagos en particular resultaba una parte clave del control marítimo.
En 1968 Mauricio obtuvo su independencia. Sin embargo, Chagos siguió bajo mandato de Londres: "La posición británica viola los principios de descolonización, que toma como entidad a descolonizar a la unidad política que había sido colonizada", ilustró.
Reino Unido alega que se quedó con Chagos gracias a una cesión consensuada con el Gobierno autónomo de Mauricio en 1965, sin decir que sus miembros eran designados desde Londres.
En ese contexto se expulsó a la población de manera compulsiva, tal como lo reconoció décadas después la Justicia inglesa al indemnizar a familias desplazadas.
Cuando Reino Unido separó Chagos de Mauricio—ilegalmente, según la CIJ y la ONU—, le arrendó la isla Diego García a EEUU hasta 2036 para que instale una base militar, operativa hasta el presente, incluida por Washington en el programa de la CIA sobre vuelos secretos y transporte clandestino de prisioneros.
Galiana considera que esta realidad impide la recuperación definitiva del territorio, pese al apoyo de la comunidad internacional que recibió el país insular africano en su reclamo.