El desarrollo de los instrumentos de la inteligencia espacial hizo difícil garantizar la seguridad de las bases nucleares. En los años 70 la ubicación de la mayoría de los lanzadores terrestres ya era bien conocida para un supuesto enemigo. En el caso de una guerra estos se convertirían en el blanco número uno para los misiles del enemigo.
En la década de los 60, EEUU diseñó el tren de misiles Mobile Minuteman. Se probó con éxito y casi lo adoptan, pero lo abandonaron debido a su alta complejidad y coste.
No obstante, la URSS no se rindió y finalizó un proyecto semejante.
El tren nuclear podía recorrer fácilmente hasta 1.000 kilómetros al día. Además, debido a las mínimas diferencias externas con los trenes civiles era casi imposible detectarlo en el vasto territorio del país soviético. La red ferroviaria permitía trasladar el sistema a cualquier punto en el menor tiempo posible. De esta manera, la URSS aún tenía la oportunidad de un poderoso ataque de respuesta, en caso de la destrucción de todas las demás armas.
Cómo funciona el complejo de misiles ferroviarios
El complejo consta de una docena de vagones, tres de los cuales están adaptados para lanzadores de misiles balísticos intercontinentales. En el resto están los puestos de mando y de comunicaciones, habitaciones, instalaciones de almacenamiento de combustible y alimentos.
Para el complejo ferroviario se diseñó un cohete especial RT-23 Molodets con un alcance de más de 10.000 kilómetros.
Un misil de 100 toneladas de peso y de más de 20 metros de largo se colocó en un vagón de carga estándar. El tren podía detenerse en cualquier punto de la ruta para realizar el ataque.
Antes de ser adoptado al servicio, el sistema fue sometido a serias pruebas. Se realizaron varios lanzamientos y se comprobó la resistencia a una explosión nuclear.
El tren número cero en la defensa de la URSS
El primer complejo de misiles ferroviarios se puso en funcionamiento en el año 1987 cerca de la ciudad de Kostromá. Dos años después lo adoptaron oficialmente. Para 1999 las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia habían desplegado tres divisiones de misiles armadas con tales complejos.
En las rutas ferroviarias el complejo tenía la designación 'tren número cero'. Sin embargo, circulaban por las carreteras del país durante solo unos pocos años.
En 1991, fue concertado un acuerdo entre la URSS y los países occidentales que impuso restricciones en las rutas de patrullaje del complejo. En el marco del tratado START II firmado en 1993, EEUU logró acordar la eliminación de todos los complejos. En 2005, finalmente retiraron los trenes de misiles del servicio. Desmantelaron y eliminaron doce trenes.
En 2016, Barguzin superó con éxito la primera etapa de pruebas de misiles. A pesar de la información de la suspensión de los trabajos del desarrollo, en un comentario para Sputnik, el Ministerio de Defensa informó que Rusia no planea abandonar por completo el proyecto de los trenes de misiles.