"Las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana para 2019 se revisan de un intervalo de entre 0,2 y 0,7% en el informe anterior, a uno de entre -0,2 y 0,2%; mientras que para 2020 se modifican de un intervalo de entre 1,5 y 2,5% (anterior) a uno de entre 0,8 y 1,8%", indica el resumen ejecutivo del banco central.
El documento señala que "la información más reciente muestra una debilidad de mayor magnitud y duración a la anteriormente prevista, así como la expectativa de que el crecimiento en el cuarto trimestre del año se vea afectado por una menor actividad en el sector automotriz", del cual depende la cuarta parte de las exportaciones, sobre todo a EEUU.
La revisión para 2020 se debe a que la desaceleración de la segunda economía latinoamericana al cierre de 2019, "genera una menor base para el crecimiento del año próximo".
El anuncio está lejos de las previsiones de noviembre de 2018, en vísperas de la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando Banxico pronosticaba un rango de expansión de 1,1 y 2,1%.
Riesgos en el horizonte
En el tercer trimestre de 2019 la actividad económica de México "mostró un estancamiento", luego de registrar "ligeras caídas consecutivas entre el cuarto trimestre de 2018 y el segundo de 2019", confirma el informe oficial.
Esas tres ligeras contracciones trimestrales consecutivas de la economía son las que analistas financieros definen como una "recesión técnica".
Banxico, en tanto, considera siete factores de riesgo para la economía mexicana, encabezados por "un agravamiento de las tensiones comerciales que afecte al crecimiento, la inversión y el comercio globales".
En segundo lugar, es posible que el proceso de ratificación del Tratado México, EEUU, Canadá (T-MEC) "se prolongue, manteniendo un entorno de incertidumbre y afectando a la inversión".
El tercer riesgo lo constituyen "mayores tensiones comerciales a nivel global que den lugar a un menor apetito por riesgo", entre otros.
En particular, el peligro es "que persista el ambiente de incertidumbre interna que ha venido afectando a la inversión y que ello ocasione que se difieran planes de inversión o que los consumidores reduzcan su gasto de manera precautoria".
El sexto obstáculo posible es "un deterioro adicional" en la calificación de la deuda de la estatal Petróleos Mexicano o la deuda soberana.
El séptimo y último riesgo es que el ejercicio del gasto público en 2020 sea menor al esperado.