"El clima que se vive en Uruguay es tranquilo, lo cual es un factor distintivo del país con respecto a la región; todos esperan los resultados y los aceptan, nadie pretende instalar dudas o desacreditar a las instituciones del sistema democrático para obtener provecho", dijo Yaffé.
La segunda vuelta presidencial del domingo en Uruguay terminó con una mínima ventaja para la coalición opositora que encabeza el candidato Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (PN, centroderecha), aunque el resultado definitivo solo se conocerá el próximo viernes, indicó la Corte Electoral.
El resultado fue sorprendente porque todas las encuestas habían indicado una ventaja en intención de voto para Lacalle Pou de entre cinco y ocho puntos porcentuales respecto de Martínez.
Por su parte, Yaffé dijo que al contrario de lo que sucede en otros países de la región, en Uruguay existe una gran confianza en el sistema electoral y en las instituciones.
"Esa confianza hace que por más que el porcentaje es muy parejo y hay que esperar unos días para tener la confirmación de que Lacalle Pou efectivamente haya ganado, esa confianza hace que haya tranquilidad; en este marco, el que haga una denuncia de fraude sale desacreditado", agregó.
Si bien en el país hay dos polos "muy distinguidos y enfrentados", en ninguno de ellos se nota radicalización, sino que presentan posturas "predominantemente moderadas" y ambos tienden hacia el centro.
Caso Manini
El líder del partido Cabildo Abierto (derecha) y senador electo Guido Manini Ríos difundió un video poco antes de la veda electoral en el que instaba a los soldados a no votar a la izquierda.
Casi de manera simultánea circuló también un editorial de una publicación castrense señalando que "el marxismo debe empezar a ser definitivamente extirpado" de Uruguay, acusando a la izquierda de tener un "afán por crear las condiciones propicias para la disolución revolucionaria" y calificando al Frente Amplio de "terrible pesadilla".
Yaffé dijo a esta agencia que el caso de Manini "es llamativo" para Uruguay, debido a que su partido es nuevo y no es posible establecer previsiones sobre su comportamiento.
"Cabildo Abierto es el sector más radicalmente derechista dentro de la coalición; esa identificación tan fuerte con los militares y las Fuerzas Armadas, en un país en el que vivimos experiencias de dictaduras militares y de fuerte contenido anticomunista, le da un toque diferencial", dijo el politólogo.
Dijo que por el momento Cabildo Abierto no representa a los intereses de la ultraderecha, al estilo de las derechas "fascistas europeas" o la que representa el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
"De todas maneras, ha tenido algunas actitudes, como el video que circuló en los días previos a la elección, que abren cierta incógnita sobre cuál es su verdadero perfil y ubicación", agregó Yaffé.
El video de Manini Ríos pudo haber influido en el aumento de votantes frenteamplistas.
"Pero puede que (las encuestas previas) no hubieran estado en lo cierto; ya ha pasado que han errado; en la elección del 2014 hubo cierta distancia respecto a los resultados, pero todos habíamos confiado en las encuestas porque el 27 de octubre le pegaron muy bien, todos nos habíamos olvidado que hubo problemas para estimar el resultado", reflexionó.
Casi 2,7 millones de uruguayos estaban habilitados para votar y concurrieron a sufragar el 90 por ciento de ellos, según la Corte Electoral.
Si se confirma la victoria de Lacalle, el Partido Nacional volvería al poder que obtuvo por última vez en las elecciones de 1989 para el período 1990-1995 cuando fue presidente el padre del candidato actual, Luis Alberto Lacalle.