Debido a que el armamento empleado por el crimen organizado procede de EEUU "en siete de cada diez casos", la representación del Gobierno de México "planteó la utilización de tecnología intrusiva y no intrusiva en 58 puntos fronterizos para impedir el acceso de armas a nuestro país", indicó el reporte de la reunión.
Por otra parte, las armas de largo alcance más comunes en este país son la ametralladora Browning M2 y el fusil Barrett, ambos calibre 0,50, y los fusiles AR-15 y AK-47, todas fabricadas en el país vecino.
Asimismo, se presentó un mapa de los puntos fronterizos por los cuales se trafican las armas que son ilegales en este país, con el objetivo de establecer las redes de venta en EEUU, distribución e introducción a México, que anualmente se calculan en 200.000.
La propuesta calificada "de la más alta prioridad para México", sugiere la utilización de tecnología para impedir el acceso de armas en todos los puntos fronterizos.
En un inicio, las inspecciones se aplicarían en cinco puntos estratégicos de la frontera terrestre común, uno de entrada en California, y cuatro en Texas.
Ese pasaje se refiere, entre otros, a los enfrentamientos armados que dejaron 13 personas muertas y 47 reos prófugos, el 17 de octubre pasado en Culiacán, Sinaloa, cuando fracasó el arresto de un capo del narcotráfico, Ovidio Guzmán.
Por parte del Gobierno de México participaron el canciller Marcelo Ebrard, y los titulares de Seguridad, Alfonso Durazo; Defensa, general Luis Cresencio Sandoval; y Marina, almirante José Rafael Ojeda.
Por EEUU asistieron representantes del departamento de Seguridad Nacional, de las agencias de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, de la Oficina Internacional de Antinarcóticos, del Departamento de Estado y el embajador de EEUU en México, Christopher Landau.