"En la mesa nacional de diálogo estamos urgiendo, estamos instando a los diputados a que nos den un nuevo CNE para motivar la confianza, para que haya concurrencia, para que se materialice esa bella prédica de la democracia participativa", dijo Fermín a Sputnik.
El Gobierno y un sector de la oposición iniciaron negociaciones en septiembre, tras el fracaso el mes anterior de un proceso con los representantes del presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora), Juan Guaidó, y la mediación de Noruega, luego de que Estados Unidos anunciara nuevas sanciones contra Venezuela.
Fermín señaló que esos diálogos no dieron fruto porque ambas partes se negaban a salir de sus extremos, al igual que sucedió en los cinco procesos de negociaciones anteriores.
"Esos diálogos no tuvieron resultados porque eran muy dogmáticos y los procedimientos eran todo o nada", afirmó.
Diálogo bajo la lupa
Sin embargo, este diálogo genera incredulidad en algunos sectores de la población.
"Yo ya no creo en procesos de diálogo, tampoco creo en esos políticos, me parece que solo buscan oportunidades; después siempre quedamos en lo mismo, no sé si eso del nuevo CNE llegué a cuajar (a lograrse)", dijo Karmen Díaz, residente del este de Caracas.
Por su parte, Rogelio Hurtado, quien vive en el centro de la capital venezolana, consideró que la del nuevo CNE es una oportunidad para hacer política.
El conformar un nuevo órgano electoral ha sido una de las principales demandas de la oposición desde 2013, pero en anteriores procesos las partes no habían logrado ponerse de acuerdo al respecto.
En este momento, en el que la oposición sigue siendo mayoría en la Asamblea, se creó una comisión preliminar, con siete miembros opositores y cuatro oficialistas, quienes deben ponerse de acuerdo para incorporar en los próximos días a diez personas de la sociedad civil.
Por ello, Fermín llamó a los diputados a ponerse de acuerdo para "tomar la mejor decisión", pues a su juicio, no resolver este aspecto y llamar a la abstención, como se hizo en anteriores procesos, es una oferta engañosa.
"Sí, la abstención es un derecho, pero ahora, si a usted le plantean que con la abstención usted puede cambiar un Gobierno a usted lo están estafando, es una oferta engañosa desde esa perspectiva", explicó.
Sentencia de desacato
Pero en este punto del diálogo entra en juego otro eslabón, y es la sentencia de desacato que pesa contra la Asamblea, que se publicó en 2016, a seis meses de comenzado su mandato, que concluye en enero de 2021.
En este escenario en el que la Asamblea ha llevado casi todo su mandato bajo una sentencia que invalida sus decisiones, se abre la posibilidad, como ya ocurrió en 2003, 2014 y 2016, de que el TSJ decrete omisión legislativa y nombre a los rectores.
Incluso uno de los integrantes de esa mesa de diálogo, Francisco Torrealba, quien no atendió las solitudes de entrevista, ha hecho referencia en varias ocasiones a esta posibilidad.
"Si no se hace aquí, en la Asamblea Nacional, se hará por vía de omisión legislativa en el Tribunal Supremo de Justicia; pero de cualquier manera nosotros queremos que haya condiciones suficientes para llevar a cabo las elecciones parlamentarias el próximo año", indicó Torrealba.
Para el miembro de este Diálogo Nacional la sentencia de desacato contra la Asamblea es algo "accesorio".
"Cuando hay voluntad política, lo accesorio siempre sigue a lo sustantivo; el desacato es una situación arbitraria e irregular, pero ha sido producto de un conflicto muy serio que pasó y tenemos que superar", consideró.
Desde que comenzó este proceso de conversaciones, en el que participan miembros de los partidos y organizaciones de oposición: Movimiento al Socialismo (MAS), Cambiemos, Soluciones, Avanzada Progresista y Movimiento Esperanza para el Cambio, han sido liberados 29 detenidos por motivos políticos.
Fermín reveló a Sputnik que la próxima semana se espera que ese número incremente, aunque se negó a revelar nombres, pues dijo que estas decisiones recaen en la TSJ.