"¿En qué se traduce eso? ¿En políticas económicas? ¿Será que el costo de la cesta básica va a bajar con esos acuerdos?, porque la gente lo que quiere es mayor estabilidad política, mayor estabilidad social y Dios quiera que esos acuerdos sirvan para que baje el costo de la vida y el salario sea más digno", expresó Carlos García, trabajador del sector público.
El 16 de septiembre una fracción de la oposición y el Gobierno anunciaron la conformación de una mesa de diálogo y firmaron un pacto constituido por seis puntos, entre los que destacan: la reincorporación de diputados del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV ) a la Asamblea Nacional, actualmente de mayoría opositora; y la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral.
Por su parte, Karen Chirino, residente del estado La Guaira (norte), opinó que la mesa de diálogo instalada entre el Gobierno venezolano y una parte de la oposición es un avance para solucionar el conflicto político venezolano.
"Es un paso agigantado que ha dado el Gobierno, más allá de lo que digan que es una supuesta oposición o no, que se vaya a nombrar una nuevo CNE (Consejo Nacional Electoral), que se liberen los presos políticos, ya eso es un avance enorme más de un 80%", indicó.
María Rojas, habitante de Los Flores de Catia, al oeste de Caracas, dijo que Gobierno y oposición deben aclarar si la decisión de conformar un nuevo organismo electoral será para la realización de elecciones presidenciales.
Para Beatriz Antón, de 41 años, la oposición firmó ese acuerdo por intereses particulares y no por el bienestar de todos los venezolanos.
"Los de la oposición son unos vendidos, no sé cómo firmaron un pacto, tanto ir para República Dominicana y Noruega y terminaron firmando ese acuerdo en Venezuela, cada quien anda halando para lo suyo", señaló.
El documento se firmó en la sede de la Cancillería, en el centro de Caracas.
Entre los firmantes se encontraban el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el canciller Jorge Arreaza, así como dirigentes de los pequeños partidos opositores MAS, Avanzada Progresista, Soluciones y Cambiemos.

El Gobierno de Nicolás Maduro había suspendido las conversaciones en Barbados, tras las sanciones que impuso a Venezuela el presidente de EEUU, Donald Trump, el pasado mes de agosto.
Además, Maduro pidió a la oposición retractarse de sus intenciones de entregar el territorio de Esequibo para volver a sentarse en la mesa de diálogos.
Entre tanto, el 15 de septiembre el opositor Juan Guaidó, autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela anunció que los diálogos con el Gobierno se habían "agotado".