La Policía usó cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, muchos de los cuales son cultivadores de coca. En las carreteras fueron registrados varios incendios con denso humo.
Las marchas de cocaleros exigen la renuncia de la presidenta de facto, Jeanine Áñez, autoproclamada mandataria de Bolivia el 12 de noviembre después de que Evo Morales renunciase al cargo y se exiliase en México.
El líder indígena dimitió después de varias semanas de protestas que denunciaban un presunto fraude en las presidenciales del 20 de octubre, de las que se alzó como ganador. Según el exmandatario, su decisión se debe al deseo de proteger al país de la violencia.