"Evaluamos lo que está pasando en Bolivia como una situación que requiere la celebración de nuevas elecciones, y solo después se podrá hablar de un poder legítimo", afirmó Zajárova ante la prensa.
Al mismo tiempo, la portavoz dijo que Rusia considerará a la senadora opositora Jeanine Áñez como la persona que dirigirá Bolivia hasta que se celebren las nuevas elecciones presidenciales en el país latinoamericano.
Recordó además que Moscú "interpreta los acontecimientos que precedieron al cambio de poder en Bolivia como acciones que equivalen a un golpe de Estado".
Los resultados de los comicios presidenciales del 20 de octubre en Bolivia desencadenaron una oleada de protestas contra la reelección de Evo Morales, acusado por la oposición de fraude electoral.
Morales, al frente del país desde 2006, dimitió el 10 de noviembre, cediendo a las violentas protestas y por petición expresa por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Áñez se autoproclamó presidenta interina desde su condición de segunda vicepresidenta opositora del Senado, ante el vacío de poder dejado por la renuncia forzada de Morales.
La presidenta interina hizo la declaración al ingresar temprano al Palacio de Gobierno, donde el 13 de noviembre de noche había tomado juramento a sus 11 primeros ministros, entre ellos la canciller Karen Longaric, una veterana internacionalista.