"Claro, estoy dispuesto a volver a mi país y no seguir en el poder. He renunciado y sigue la violencia", señala el exmandatario en respuesta al periodista, que pregunta si estaría dispuesto a dejar el poder ni ser candidato con tal de pacificar.
Sobre las posibles soluciones para Bolivia, Morales insiste en que "lo primero" es que "pare de haber muertos y heridos", algo que atribuye a la "responsabilidad del Ejército y la Policía Nacional".
Ante esta situación, Morales solicita "diálogo nacional" e incide en que si Álvaro García Linera y él han renunciado "es para pacificar, no para que sigan con violencia".
El político llegó a México, donde lleva apenas un día después de que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador le otorgase el asilo político tras su renuncia el 10 de noviembre a la Presidencia, presionado por la cúpula militar boliviana.
Respecto a su renuncia, asegura sentirse "traicionado" porque tenía "buenas referencias del general Kaliman".
Respecto a la actualidad, Morales considera que "no hay autoridad en Bolivia" y considera que el mando está "bajo control militar y policial".
Además, recuerda que "lo primero que tiene que hacer la Asamblea es rechazar o aprobar" su renuncia, porque mientras no lo haga, él sigue siendo presidente.
"Una vez aprobada, le correspondería al vicepresidente, que también ha renunciado; constitucionalmente, después va la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra. Esa supuesta proclamación es inconstitucional. Con la designación de esta señora [Jeanine Áñez] se confirma el golpe de Estado", apunta el exmandatario boliviano.