Latinoamérica se encuentra en un momento histórico, con focos de insurrección y conflicto institucional como ocurren en Ecuador, Chile y Bolivia; tensión por presión internacional como en Venezuela y Nicaragua, o de reconfiguración política como en México, Brasil y Argentina.
En Argentina, Jauretche, quien fuera referente del radicalismo (primera fuerza democrática) y más tarde del peronismo (gran movimiento popular), se mostró crítico de la dicotomía civilización-barbarie que enaltecía el europeísmo por sobre lo regional.
"Jauretche insistió en que para pensar los procesos políticos era muy importante prestar atención a la particularidad que tenían en lo local y elaborar conceptos a través de los cuales fuera posible forjar y emancipar al pensamiento nacional de lecturas extranjeras", explicó a Sputnik Gustavo Castagnola, doctor en Ideología y Análisis del Discurso (Universidad de Essex, Gran Bretaña).
Populismo y alternancia en el poder
Sobre la vigencia actual de esta perspectiva que privilegia la experiencia local, Castagnola dio como ejemplo la discusión sobre el fenómeno del populismo, que suele ser utilizado de manera despectiva por el liberalismo según teorías provenientes de Europa o los EE UU.
"Es necesario remover la idea de que las experiencias políticas latinoamericanas están viciadas, contaminadas con elementos que tienen que ver con nuestra idiosincrasia o cultura política, que son negativos. Ahí el análisis político se transforma en un juicio valorativo", dijo Castagnola.
"Ahora venimos a 'descubrir' que la alternancia en Chile involucraba el reconocimiento por la totalidad de la clase política de que esa sociedad era sumamente desigual, es decir, puede haber sucesión en tanto los sectores involucrados estén de acuerdo en no introducir ninguna modificación que venga corregir siquiera parcialmente el problema de fondo", dijo Castagnola.
También extendió su análisis a lo que ocurrió en Brasil con el encarcelamiento de su máxima figura política, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, y el procesamiento y persecución de su sucesora, Dilma Rousseff, donde la popularidad del Partido de los Trabajadores (PT) vio interrumpida su alternancia en el poder a través de "mecanismos que están reñidos con el respeto a las instituciones", llevados a cabo por los sectores que gobiernan ahora.
Esto mismo puede ser extendido a lo que sucede en Bolivia, opinó Castagnola. "Uno puede criticar los mecanismos de Evo Morales para mantenerse en el poder, pero si uno acepta la solución actual, tiene que reconocer que ha sido tan 'desprolija', para usar un eufemismo, en lo institucional como la anterior", dijo.
Pensamiento nacional: "patria o colonia"
"Sin idea de patria no hay desarrollo. ¿Qué hizo Evo Morales en Bolivia? La convierte en una patria. Desde el regreso de la democracia en Argentina caímos en una visión economicista, pero las naciones no son construidas por los economistas sino por los políticos que definen un destino en lo universal", dijo a Sputnik Julio Bárbaro, referente histórico del peronismo en Argentina.
Bárbaro, quien fue cercano al kirchnerismo durante sus primeros años para luego tomar distancia, cree que el peronismo como movimiento es la etapa hasta ahora no superada de la construcción de la identidad y el pensamiento nacional.
"Aquellas sociedades donde los grupos económicos son más poderosos que el Estado son colonia, no hay nación. Hasta Perón fuimos nación pero después nuestra estructura fue de dependencia, por eso cada vez hay más deuda y más pobres", sentenció.