"Bolsonaro fue elegido democráticamente, aceptamos el resultado de las elecciones, pero fue elegido para que gobernase para el pueblo brasileño, no para los milicianos de Río de Janeiro", dijo, siendo fuertemente aplaudido.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) aludió a la citación de Bolsonaro en el caso que investiga el asesinato de la concejal de Río de Janeiro Marielle Franco, y pidió que se aclare quién mandó matar a esta "guerrera".
Los ataques a Bolsonaro fueron frontales, evidenciando que Lula ya está buscando un lugar como líder de la oposición.
Como es habitual en sus pronunciamientos, expresidente criticó al exjuez Sérgio Moro (quien le condenó en primera instancia) y a los fiscales de la Operación Lava Jato, pero no fue el eje central de su discurso, más dedicado a desgranar los problemas que enfrenta Brasil bajo el Gobierno de Bolsonaro.
"La llamada izquierda que Bolsonaro tanto teme va a derrotar a la ultraderecha, Brasil no se merece el gobierno que tiene", dijo Lula, citando las tasas de desempleo, los ataques a la educación y a los pobres o las "mentiras" del líder de la ultraderecha.
El exmandatario brasileño aseguró que esperará 20 días para hacer un discurso a la nación —"para que no digan que estaba rabioso" , y que está dispuesto a recorrer todo el país para reconstruir la izquierda frente a Bolsonaro.
También se detuvo en el panorama internacional, alabando las protestas de Chile al pedir solidaridad con el pueblo chileno, o mostrando su apoyo al presidente boliviano, Evo Morales, frente a los ataques de la derecha de ese país.
El expresidente salió de la cárcel el 8 de noviembre tras una decisión del Tribunal Supremo Federal, que consideró inconstitucional que alguien esté preso mientras no haya agotado todos los recursos posibles.
No obstante, Lula no fue declarado inocente; la condena de ocho años y diez meses por corrupción y blanqueo de dinero (que inició Moro en primera instancia) sigue pesando y es un impedimento para que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2022.
Sin embargo, en el ambiente de Sao Bernardo do Campo muchos militantes ya fantaseaban con su regreso al poder, y empezar a cambiar los lemas "Lula libre" por "Lula inocente", avanzando ya la nueva estrategia de la defensa, que pide que se anule todo el proceso.
Entre los simpatizantes predominaba la alegría y el optimismo por la nueva etapa política que se inicia con su puesta en libertad.
El acto protagonizado por Lula se caracterizó por el ambiente festivo y contó con numerosos líderes de la izquierda, como el excandidato presidencial del PT Fernando Haddad, la presidenta del partido, Gleisi Hoffmann, y políticos de formaciones aliadas, como Guilherme Boulos y Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).