"Nos manifestamos para poder expresar nuestra defensa de la democracia en Bolivia, el apoyo a nuestro hermano Evo Morales y para denunciar que el Gobierno (argentino) decidió no considerar un golpe de Estado lo que sucede en Bolivia", señaló la portavoz de la entidad, Carina López Monja.
"Hay una situación de violencia inusitada en Bolivia con saqueos, incendios, amenazas de muerte a funcionarios o militantes del (hasta ahora partido gobernante) MAS", recordó López Monja al cuestionar la postura del Ejecutivo argentino, que abandona el poder el próximo 10 de diciembre.
La portavoz del FPDS refirió los mensajes que desde Bolivia transmiten en las últimas horas familiares y amigos a integrantes de la agrupación social.
"Compañeras de nuestra organización que son bolivianas nos cuentan que sus familias ni siquiera pueden salir de la casa, porque a aquellos que tienen simpatía por el Gobierno de Evo Morales les dicen que no salgan a las calles porque pueden incendiar sus casas", profundizó.
Esta postura se debe a que la gestión de Macri "está alineado al Gobierno fascista de (Jair) Bolsonaro", en Brasil.
El presidente electo argentino, Alberto Fernández, "habló con Macri para plantear el golpe de Estado y sin embargo la respuesta de Macri fue negativa", refirió López Monja.
"Pese a que en otros casos denuncia la violencia y los vejámenes de derechos humanos, el Gobierno ha demostrado que ha decidido no intervenir, que mantiene una política determinada con amigos y otra para los no amigos", profundizó la representante del FPDS.
La protesta que acogió Buenos Aires fue convocada por decenas de organizaciones sociales y políticas y por la rama autónoma de una de las centrales obreras, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
En un comunicado en la víspera, el Ministerio argentino de Relaciones Exteriores atribuyó la dimisión del mandatario a una decisión tomada dentro de un proceso de transición institucional que contempla la Constitución del país.