"Desde el punto de vista de la no proliferación, lo que Irán hizo, incluso en el marco de las últimas actividades de la llamada cuarta etapa, no afecta el cumplimiento de sus propios compromisos", afirmó el diplomático.
"Todas las acciones emprendidas por Irán, de una forma u otra, se mantienen bajo el control del OIEA, los inspectores estarán en aquellas instalaciones donde reanudan el trabajo las centrifugadoras de gas, por lo que todo puede ser controlado y resulta verificable", aseguró el representante de la Cancillería rusa.
Una política "miope"
A su vez, la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, tachó de "destructiva y miope" la confrontación que libra EEUU con Irán.
"El rumbo tomado por EEUU hacia una confrontación con Irán es destructivo y, si preguntamos ¿por qué?, porque es simplemente miope. Sin la participación de Teherán es imposible construir un sistema fuerte de seguridad regional en Medio Oriente, ni estabilizar la situación en Siria, Irak y Afganistán", señaló la diplomática.
Según Zajárova, si Estados Unidos no hubiera socavado el acuerdo nuclear, Irán no habría reducido sus obligaciones.
En 2015, el Grupo 5+1 (China, EEUU, Francia, el Reino Unido y Rusia más Alemania) y Teherán lograron firmar el PAIC. Dicho documento contemplaba una serie de limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su dimensión militar, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
En mayo de 2018, EEUU rompió el pacto y empezó a imponer sanciones contra Irán con el argumento de que ese país seguía desarrollando armas nucleares.
El 6 de noviembre, Teherán puso en marcha las centrifugadoras en la planta de Fordo para enriquecer uranio, en lo que supone un cuarto paso en la reducción progresiva de los compromisos nucleares del país persa.