"En lo referente al proyecto Nord Stream 2, si se construye, queremos asegurar que funcione transparentemente y sin discriminación, con el nivel correspondiente de supervisión", dijo en una rueda de prensa.
Agregó que actualmente la UE tiene normas claras que se aplican a todas las tuberías que suministran el gas al mercado europeo.
La nueva ley entró en vigor el 23 de mayo y los países de la UE disponen de nueve meses para adaptar sus legislaciones nacionales a las nuevas reglas.
Según esta ley, los gasoductos nuevos y los existentes tendidos desde terceros países hacia la Unión Europea por aguas jurisdiccionales de sus Estados, deben corresponder a las normas que actualmente rigen para las tuberías tendidas por tierra firme.
En particular, debe respetarse la regla del llamado 'unbundling' (separación de la propiedad), consistente en que una misma compañía no puede ser a la vez suministradora del combustible y propietaria del gasoducto, y las exigencias de fijar tarifas competitivas y dar acceso a la tubería a terceros países.
Dinamarca se convirtió esta semana en el último país en otorgar el permiso para la construcción del gasoducto que pasará también por las aguas jurisdiccionales y/o zonas económicas exclusivas de Alemania, Finlandia, Rusia y Suecia.