"La gran sorpresa para muchos fue Cabildo Abierto, quien fue el que ganó en estas elecciones, porque no ganaron votos ni el Partido Nacional (PN, derecha) ni el Partido Colorado (PC, centroderecha)", dijo a esta agencia la analista, docente de la Universidad de la República.
Ernesto Talvi, del PC, logró 12,32% de los votos, y Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto, partido creado en marzo de este año, recibió 10,88%.
"Quien ganó es Cabildo Abierto. Mientras el FA bajó ocho puntos; CA obtuvo más de diez. Se nota claramente donde están las grandes novedades", reflexionó.
Según la legislación electoral uruguaya, para triunfar en primera vuelta se debe obtener 50% más uno de los votos, por lo que Martínez y Lacalle Pou competirán en una segunda vuelta el 24 de noviembre, para definir quién será el próximo presidente de Uruguay.
Lizbona dijo a Sputnik que el liderazgo de Manini no necesita tanta movilización o militancia activa para expresarse en las urnas.
La politóloga consideró que el "rasgo militar" de CA logró seducir a una buena parte del electorado, y recordó que es la primera vez en Uruguay que un partido de impronta castrense consigue una "importante representación" en el Parlamento.
Perfil
Manini Ríos, de 60 años, pertenece a una familia estrechamente ligada a la historia política uruguaya.
Su abuelo, Pedro Manini Ríos, integró el Gobierno del histórico líder del PC y una de las figuras más importantes de la historia del país, José Batlle y Ordoñez (1903-1907 y 1911-1915), de quien luego se distanció, mientras que su tío, Carlos Manini Ríos fue ministro de Jorge Pacheco Areco (1968-1971) y embajador durante la última dictadura cívico-militar (1973-1985).
Según la fiscalía uruguaya, Manini Ríos habría omitido informar al presidente Tabaré Vázquez sobre la confesión de uno de los militares juzgados por el tribunal de honor, acusación que el candidato de CA niega.
Por este caso y luego de que cuestionara públicamente la actuación de la justicia, el militar fue cesado en el cargo por el jefe de Estado.
Desafíos del FA
El Frente Amplio llegó al Gobierno en 2005 y en sus tres administraciones consecutivas impulsó, gracias a mayorías parlamentarias, cambios considerados de avanzada, como la aprobación del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, y la regulación del cultivo y el consumo de marihuana.
No obstante, los comicios de noviembre se le presentan como los más difíciles de los últimos tres lustros, producto del desgaste propio de 15 años en el Gobierno y porque actualmente los indicadores económicos y de seguridad, entre otros, no son los mejores.
Lizbona dijo que el FA debe apostar a captar a votantes de centro del PC y a los seguidores de CA, que han sido categorizados, según algunas encuestas, como personas de los estratos socioeconómicos más bajos y residentes en el interior de Uruguay.
"El FA tiene el enorme desafío de lograr que los votantes no respondan a sus líderes, y tiene que interpelar la estrategia de coalición en un breve tiempo. Se nota claramente que hay un voto castigo contra el FA en el interior del país; el mapa geográfico electoral muestra un gran avance del PN en el Uruguay profundo", agregó.
La analista consideró que esta pérdida de votantes en el interior del país se debe a que el FA no supo responder a determinados reclamos del sector rural.
Lizbona destacó que pese a las dificultades, el Gobierno tuvo el apoyo de 40% de los votantes, incluso después de 15 años al frente del Poder Ejecutivo.
"Es un dato no menor. No se ve en otros países, es histórico y es un buen resultado para un partido que hace quince años que gobierna", explicó.
¿Parlamento paralizado?
Lizbona opinó que es posible que el futuro Parlamento quede paralizado debido a que la coalición entre el PN, el PC y CA no es firme.
"El parlamento puede paralizarse en función de lo que haga Cabildo Abierto; cuanto más pasan los años y se acerque la próxima contienda electoral, la coalición no va a funcionar tanto", observó.
"Habrá que ver cómo funciona esa coalición mayoritaria; históricamente las coaliciones blancas y coloradas varias veces se han roto, porque son uniones frágiles producto de los intereses y preferencias", agregó.
El próximo presidente de Uruguay asumirá su cargo el 1 de marzo de 2020 por un periodo de cinco años.