"Vamos al paro hasta que ustedes [pueblo] nos lo digan. Desde las 00:00 del miércoles [23 de octubre] no se tiene que mover un sepe [hormiga en dialecto regional] en Santa Cruz", dijo el líder de ese comité, Luis Fernando Camacho, anunciando que buscaba que el paro cívico se extienda a todo el país.
El Comité Cívico es un ente que representa a la sociedad civil de una región y que en Bolivia se han convertido en la última década en parte de la estructura de la oposición política, aprovechando su "autoridad moral" y capacidad de convocatoria a protestas bajo consignas de identidad regional.
Las protestas, en algunos casos violentas, se extendieron a la mayoría de las ciudades luego de que el Tribunal Supremo Electoral divulgara un avance del cómputo preliminar que ponía a Morales a punto de ganar la reelección en primera vuelta.
El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, anunció de inmediato que acatará el paro, como ocurrió en anteriores protestas en las que el Comité Cívico asume el mando de facto de todo el departramento.
"La gobernación de Santa Cruz apoya y acata todas las acciones cívicas y ciudadanas de defensa de la democracia y cuidado del voto, lo que determine la sociedad civil como vía para reponer la voluntad popular y evitar que se consume este descarado fraude", dijo Costas a reporteros.
Ortiz, del partido político de Costas, dijo que ponía a disposición de la protesta la infraestructura de su frente político Bolivia Dijo No.
Sin embargo, la página web de ese cómputo permanecía congelada con cifras menores que ponían la diferencia entre ambos candidatos ligeramente por debajo de los diez puntos necesarios para evitar una segunda vuelta.
Al momento, según el Órgano Electoral Plurinacional de Bolivia, Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), que ocuparía por cuarta vez la presidencia de su país, encabeza la votación con un 46,4%, seguido por Mesa con un 37,07% de los votos.