"Sabemos que dependemos de la naturaleza para muchas cosas", afirmó Rebecca Chaplin-Kramer, una ecologista de la Universidad de Stanford, autora principal del artículo publicado en Science.
Sin embargo, la naturaleza sufre una fuerte disminución, según la primera evaluación mundial de la biodiversidad publicada a principios de 2019. La actividad humana ha resultado en la alteración severa de más del 75% de las áreas terrestres de la Tierra y 66% de los océanos, poniendo a un millón de especies en riesgo de extinción, reveló el informe.
La coexistencia del ser humano y la naturaleza
El bienestar humano depende de las contribuciones de la naturaleza, también conocidas como servicios del ecosistema.
El nuevo modelo considera tres de los servicios de la naturaleza: el suministro de agua limpia, la protección de las costas y la polinización de los cultivos.
Otro tipo de mapa era el de la población que se expone a estos beneficios y cuáles son las necesidades de nuestra sociedad en términos de escorrentía total de nitrógeno, riesgo costero y producción de cultivos dependientes de la polinización.
El tercer mapa mostraba la contribución de la naturaleza a la obtención de beneficios potenciales. Se puede ver la proporción de contaminación evitada por la retención de nitrógeno por la vegetación, la proporción de la reducción del riesgo costero por el hábitat costero y la proporción de necesidades de polinización de los cultivos satisfechos.
Al final los científicos superpusieron estos tres tipos de mapa y revelaron las deficiencias actuales en lo que la humanidad necesita y lo que la naturaleza proporciona.
El modelo revela que las futuras disminuciones en esos servicios afectarán más a las personas en África y Asia meridional porque dependen más directamente de la naturaleza, señaló Chaplin-Kramer. La población de los países más ricos puede amortiguar los impactos a través de las importaciones de alimentos e infraestructura.
En general, es probable que en los próximos decenios hasta 5.000 millones de personas se enfrenten a la escasez de alimentos y de agua potable a medida que la naturaleza se deteriora. Cientos de millones más podrían ser vulnerables a mayores riesgos de tormentas costeras severas.
Cómo mitigar el deterioro de la naturaleza
El estudio pinta un "cuadro profundamente preocupante de las cargas sociales de la pérdida de la naturaleza", comentó Patricia Balvanera, ecologista de la Universidad Nacional Autónoma de México, en un artículo adjunto en Science.
Además el modelo hace más tangible el impacto de la pérdida de la naturaleza, al mostrar cuántas personas se ven afectadas y dónde.
No obstante, la científica indica, que la magnitud de esos impactos no será mitigada por la tecnología o la infraestructura.
El sur de Asia tendría que construir miles de plantas de tratamiento de agua para proporcionar el agua limpia que la gente necesita, mientras que la naturaleza puede hacerlo de forma gratuita. De modo similar, Madagascar no puede permitirse construir diques para proteger sus costas, pero podría restaurar sus manglares y pastos marinos costeros.
El informe de evaluación mundial concluyó que se necesitan cambios radicales en gobernanza, economía, producción de alimentos, energía y otros sistemas.