En una de nuestras ediciones anteriores hablamos de una gran revelación de nuestros colegas de The New York Times que descubrieron que casi todas las crisis en Europa de los últimos años fueron ideadas y provocadas por una unidad de la inteligencia militar rusa, acuartelada en Moscú.
Es decir, que los problemas de Europa no vienen de los refugiados, ni del auge de nacionalismos, ni de la crisis de identidad, sino de "una unidad de élite dentro del sistema de Inteligencia ruso, experta en subversión, sabotaje y asesinato".
Si no tienes sentido del humor o bien de la realidad es mejor no leer semejantes historias, porque enseguida te vuelves loco y buscarás agentes rusos por todas partes.
Desde esta perspectiva no extraña que la Comisión Europea haya recibido estos días una pregunta parlamentaria sobre si la campaña ambientalista liderada por la activista sueca Greta Thunberg es una de las llamadas "amenazas híbridas" que Rusia tiene a la carta para Europa.
"Sin tener a su disposición los resultados de tal investigación, ¿puede la Comisión descartar la posibilidad de que estas campañas fueran financiadas y dirigidas por Rusia?", pregunta Meuthen al final del documento, publicado en el sitio web del Parlamento Europeo.
Pero pronto los eurodiputados descubrieron que no era más que una broma. Según el propio Meuthen, con su pregunta se proponía poner en ridículo la rusofobia que marca la pauta en la Unión Europea.
"Diputado: Supuse que hay lazos de Greta y Rusia para provocar élites", titula RT a uno de sus reportajes.
Se trata de un trolling genial por parte del eurodiputado Meuthen que ha puesto de manifiesto que muchos europeos están dispuestos a creer en cualquier tontería o cosa totalmente increíble si viene acompañada por la expresión "amenaza híbrida rusa". También es genial como un truco para llamar la atención a un problema que en principio nada tiene que ver con Rusia.
Cabe recordar que las protestas comenzaron el pasado 14 de octubre después de que 12 líderes separatistas de Cataluña fueran condenados a entre 9 y 13 años de cárcel. Cabe destacar también que los medios rusos hasta el momento han seguido muy de cerca esa nueva crisis y que su posición al respecto ha sido muy correcta.
"La vía unilateral para Cataluña no es beneficios ni eficaz", titula a una de sus crónicas el servicio de noticias ruso Sputnik Mundo.
No obstante, no podemos excluir que tarde o temprano a alguien se le ocurrirá decir que es sumamente sospechosa una cobertura tan detallada e intensa de las protestas en Cataluña por los medios rusos. Esto es precisamente lo que ocurrió esta semana en Ecuador.
"Un nivel parecido de intensidad y de violencia al que se enfrentó en las calles del país también se enfrentó en la comunicación", señaló la ministra, a quien le "llama la atención que una protesta haya sido transmitida en vivo por el canal público del gobierno ruso".
"Ecuador: El Gobierno critica a Rusia por transmitir en vivo las protestas", titula a una de sus crónicas RT.
Parece increible que una ministra no sepa que los acontecimientos como protestas o importantes manifestaciones y muchas cosas más se transmiten en vivo, porque así tienen más valor para el espectador. Y no es un invento de RT, ni mucho menos. Es algo tan habitual como dar en vivo partidos de futbol o discursos de políticos…
Para eso hay televisiones: para transmitir en vivo acontecimientos importantes. Y también para llamar las cosas con sus propios nombres.
Lo cual no siembre es posible. El Sindicato de Periodistas de Cataluña ha denunciado recientemente una "intromisión" de la Junta Electoral Provincial por prohibir a los periodistas de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) usar ciertas expresiones que se perfilan como políticamente incorrectas…
Pues como vemos no cada intromisión es una intromisión rusa y es bueno saberlo. Pero hablando en serio parece que un periodismo sin trincheras actualmente no existe. Y todas las historias que hemos citado en esta edición de nuestro programa lo comprueban. Porque lo que para unos es una norma profesional para otros es injerencia en asuntos internos de un Estado o expresión políticamente incorrecta.
Y este periodismo con trincheras, trolling e intromisiones políticas externas es el precio que se está pagando por dejar hacer del periodismo un mero instrumento de guerras políticas y de información, un instrumento de guerras híbridas. Un instrumento de gente que totalmente carece de sentido del humor…