Las manifestaciones, que por las noches han degenerado en algunos lugares en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, han provocado ya la dimisión de los cuatro ministros del partido Fuerzas Libanesas Cristianas, socio de coalición del primer ministro libanés, el musulmán suní Saad Hariri.
El pasado 18 de octubre el jefe del Gobierno dio a las formaciones que integran el ejecutivo un ultimátum de 72 horas para pactar las reformas económicas que ha propuesto para atajar la crisis económica. Hariri amenazó con dimitir si no se logra un acuerdo.
Las protestas se iniciaron después de que las autoridades anunciaran que aprobarían una tasa de 20 centavos de dólar por día para las llamadas de voz por redes sociales como WhatsApp, Facebook o Viber con el fin de incrementar los ingresos estatales.
La propuesta se retiró, pero el gesto no sirvió de mucho porque esta medida era solo la chispa que encendió las manifestaciones, la llamada "revolución del WhatsApp".
El Gobierno de Hariri decidió aplicar también una nueva tarifa a los productos del tabaco, tanto local como importado, y aumentar el impuesto al valor agregado (IVA) en 2 puntos en 2021 y otros 2 puntos adicionales en 2022 para alcanzar el 15%.