"En el fondo parece que llegamos a un final de campaña en el que las cosas están como al principio: hay un candidato muy fuerte, el presidente Morales, frente a una dispersión de candidaturas opositoras, pero el resultado de la votación está amenazado", dijo a Sputnik el politólogo y experto estadístico Gonzalo Balcázar.
A las 0:00 horas del 17 de octubre entrará en vigencia el llamado "silencio electoral", durante el cual estará prohibida toda forma de proselitismo y se aplicarán varias restricciones que culminarán con ley seca y suspensión de transporte el día de la votación, que tiene carácter obligatorio.
"Para el oficialismo, el propósito de sus actos masivos de final de proselitismo es consolidar una victoria pronosticada, pero no asegurada", señaló el analista.
Indicó que, para la oposición, en especial para el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), segundo candidato según las encuestas, "el empujón final es sumar tanto votos indefinidos como los que están dispersos entre los demás candidatos para llegar a una segunda vuelta, que no todas las encuestas descartan".
"Amenazas opositoras"
"Pero la disputa va más allá porque esta elección en Bolivia se realizará bajo un manto de incertidumbre por las amenazas opositoras de no reconocer una victoria de Morales, a quien consideran candidato ilegal", afirmó el analista.
"Ni Mesa ni Ortiz cuestionaron esas resoluciones, a cuya aprobación asistieron como ciudadanos", dijo el analista.
Añadió que si el desenlace de la votación no es aceptado por todos los actores, "Bolivia podría vivir una situación muy complicada, de muy difícil pronóstico".
Morales tenía previsto participar este martes 15 en masivos actos proselitistas en las ciudades de Cochabamba (este) y Santa Cruz (este) para cerrar su campaña el 16 de octubre en una concentración en La Ceja, punto de encuentro de vías entre las ciudades de La Paz y El Alto.
Entre esos apoyos se destacan los del expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), el exprefecto de Cochabamba y excandidato presidencial Manfred Reyes Villa y el exlíder cívico de Santa Cruz Branko Marinkovic, los dos últimos refugiados en el extranjero para evadir juicio en Bolivia.
Ortiz pondrá fin a su proselitismo el 16 de octubre en Santa Cruz, donde se concentra su mayor apoyo, anunció su frente político.