"El cabildo resuelve desconocer la postulación ilegal de Evo Morales y [su vicepresidente] Álvaro García Linera, así como cualquier resultado electoral del binomio ilegal, activando los mecanismos de desobediencia civil democrática", dijo la resolución principal de la asamblea de millares de personas en una plaza céntrica.
La decisión, consultada por el rector de la universidad pública local, Waldo Albarracín, y respondida por los miles de participantes con un sonoro "¡aprobado!", se sumaba a similar desconocimiento aprobado por otro cabildo opositor realizado el 4 de octubre en Santa Cruz (este).
El cabildo paceño resolvió también exigir la renuncia del Tribunal Supremo Electoral, al que acusó de no haber cumplido su deber porque aprobó la candidatura de Morales ignorando el mandato de un referéndum del 21 de febrero (21F) de 2016 que rechazó la posibilidad de reelección indefinida.
El órgano electoral, en su descargo, explicó que actuó en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Constitucional, que a su vez dijo haber aplicado la Convención Interamericana de Derechos Humanos con preferencia sobre ese referéndum y la constitución boliviana.
La resolución aprobada por el cabildo se enmarca en el cumplimiento del referéndum 21F, dijo Albarracín, quien dirigió la asamblea como líder del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE), una alianza de movimientos cívicos, varios partidos opositores, activistas y personalidades que rechazan la eventual reelección de Morales.
Los considerados dos candidatos principales de la oposición, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005) y el senador Óscar Ortiz, asistieron como ciudadanos comunes al cabildo, desarrollado horas después de que Morales realizara en la ciudad altiplánica de Oruro el primero de una serie de actos de cierre de su campaña.
Diversas encuestas publicadas en el último mes sugerían que el gobernante estaba cerca de ganar las elecciones con el mínimo de 40% de votos y diez puntos de diferencia sobre el segundo, Mesa, lo que le daría la reelección sin necesidad de una segunda vuelta.