Octubre no será un mes cualquiera para América Latina, ya que las elecciones generales de tres países de la región pueden marcar el presente y el futuro de las izquierdas en el continente. En efecto, mientras los comicios en Argentina pueden significar el fracaso del modelo neoliberal de Mauricio Macri, las elecciones de Bolivia y Uruguay pondrán a prueba la vigencia de sus gobiernos progresistas.
De las primarias que se realizaron en enero de 2019 surgieron nueve binomios (las fórmulas integradas por presidente y vicepresidente). Entre ellos está el actual presidente, Evo Morales, que buscará su cuarto período consecutivo de Gobierno, al frente de la candidatura de 'Movimiento al Socialismo'.
La candidatura de Morales fue posible luego de recibir, en 2018, la habilitación del Tribunal Supremo Electoral y el Tribunal Constitucional Plurinacional, que consideraron que la posibilidad de volver a ser candidato era uno de los derechos de Morales consagrados en la Convención Interamericana de Derechos Humanos. En 2016, un referéndum constitucional había resultado desfavorable a habilitar una eventual nueva reelección.
Del otro lado, su principal retador es Carlos Mesa, quien ya ejerció la Presidencia de Bolivia entre 2003 y 2005. Mesa había sido electo vicepresidente en 2002, integrando el binomio encabezado por Gonzalo Sánchez de Losada. Tras las protestas sociales que obligaron al presidente a renunciar en 2003, Mesa tomó el cargo hasta 2005, cuando Evo Morales triunfó por primera vez.
Morales y Mesa son los que concentran los mayores apoyos y definirían el próximo gobierno en una segunda vuelta, de acuerdo a una encuesta realizada por Mercados y Muestras publicada el último domingo de septiembre en el diario local Página Siete.
En efecto, el último sondeo muestra a Morales en primer lugar con el 33% de las adhesiones y a Mesa detrás con 26%. Bastante detrás aparece Óscar Ortiz, del movimiento 'Bolivia dice no', con 9%. Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano; Félix Patzi, del Movimiento Tercer Sistema; y Víctor Hugo Cárdenas, de la Unidad Cívica Solidaridad, recogen 3%, 2% y 1%, respectivamente.
Para que haya presidente en primera vuelta alguno de los candidatos deberá obtener más del 50% de los votos o al menos 40% y 10% de ventaja sobre el segundo. En caso de que eso no suceda, los dos primeros pugnarán por la presidencia boliviana en una segunda vuelta que se realizará el 15 de diciembre.
Un panorama complejo para Evo Morales
La incertidumbre sobre quién será el próximo presidente de Bolivia es la "gran novedad" de este proceso electoral, dijo a Sputnik el analista político y director del centro de estudios Ciudadanía, Daniel Moreno.
De todos modos, aclaró que los amplios márgenes de error y la gran cantidad de indecisos que muestran las encuestas hacen que las proyecciones "sean supuestos basados en la escasa información de las encuestas y no sean lo suficientemente sólidos para predecir un ganador".
El analista explicó que Morales tiene a su favor "el crecimiento y la estabilidad económica" de Bolivia. En efecto, el Producto Interno Bruto (PIB) es de 4,22%, lo que lo convirtió en el país con mayor crecimiento económico de Suramérica y el segundo en América Latina, solo detrás de República Dominicana.
Del otro lado, el analista señaló el "efecto negativo" que tuvo sobre la popularidad de Morales el "manejo equivocado" del resultado del referéndum de 2016, en el que la posibilidad de una nueva reelección fue rechazada por los electores.
Asimismo, la responsabilidad del Gobierno en los incendios forestales registrados en 2019 en la región de Chiquitania sumó al descontento de algunos sectores.
El factor argentino
En septiembre, el comando de campaña de Evo Morales difundió una pieza publicitaria en el que varios jóvenes advertían ante cámaras que "Argentina implementó hace tres años el mismo modelo económico que Carlos Mesa quiere implementar ahí en Bolivia".
En efecto, el Consulado General de Bolivia en Argentina tiene registrados 161.057 ciudadanos bolivianos habilitados para votar el 20 de octubre, casi la mitad de los 341.001 electores registrados fuera de Bolivia, de acuerdo a datos brindados a la agencia Télam por el cónsul boliviano en Argentina, Ademar Valda.
"Las dificultades y el fracaso económico del presidente Macri sin duda influyen en la intención de voto de los bolivianos", manifestó el analista, aunque aclaró que no considera que ese peso sea lo suficientemente relevante para "definir el resultado de las elecciones".