"La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos condena enérgicamente los actos de violencia registrados en los últimos días en Quito. Es totalmente inaceptable el secuestro de policías y militares, así como el destrozo y saqueo de bienes públicos, el incendio de patrulleros y ataques a ambulancias", dice un comunicado expedido por el despacho del secretario general Luis Almagro.
Tras el anuncio de una serie de medidas el 1 de octubre, entre ellas la eliminación de los subsidios al combustible, transportistas convocaron un paro general al que se sumaron otros sectores.
Las protestas se intensificaron el fin de semana, con cientos de detenidos, lo que llevó a Moreno a imponer el estado de excepción.
El 7 de octubre comunidades indígenas iniciaron una marcha hacia Quito para sumarse a las manifestaciones, y fueron recibidas con gases lacrimógenos por la policía.
En ese marco, Moreno anunció el mismo día que el Gobierno se mudaría temporalmente a la ciudad de Guayaquil (oeste).
Por su parte, la OEA pidió que los actores políticos y sociales de Ecuador resuelvan sus diferencias por la vía pacífica y con respeto al Estado de derecho.
"La OEA considera fundamental que todas las partes respeten el término constitucional por el que fue electo el presidente Lenín Moreno y reitera su rechazo a cualquier forma de interrupción de su Gobierno", agregó.
Moreno señaló que la violencia es promovida por el expresidente Rafael Correa (2007-2017) y por el mandatario venezolano Nicolás Maduro para desestabilizar a su Gobierno.
También la Conaie acusó a Correa y a sus seguidores de golpismo.
"La Conaie se deslinda de la plataforma golpista del correismo, nuestra lucha es por la salida del FMI del Ecuador; no permitiremos a los que nos criminalizaron por 10 años aprovecharse de nuestra lucha y la del pueblo ecuatoriano. ¡Miserables!", publicó el lunes de noche la organización en Twitter.
Por su parte, Correa rechazó este martes las acusaciones de golpismo y reclamó elecciones anticipadas.