Detrás de las sonrisas amables se esconde la preocupación. Los empleados de Flybondi y Jetsmart, las dos compañías aéreas low cost que tienen su centro neurálgico en este modesto y nuevo aeropuerto internacional, hablan confiados en que la medida judicial se revertirá pero temen por la posible repercusión en sus puestos de trabajo.
"La restricción genera una reducción en los vuelos de un 20%, por lo que hay rumores de que el aeropuerto va a cerrar y eso afecta al trabajador porque genera incertidumbre y tensión", dijo a Sputnik Matías Barone, supervisor de Flybondi en El Palomar.
Allí trabajan alrededor de 700 empleados, de los cuales un 80% son vecinos de los barrios adyacentes: Hurlingham, Morón, Tres de Febrero, La Matanza, Ituzaingó y Merlo. El desarrollo de la zona produjo ventajas para los comercios cercanos. Se trata del único aeropuerto conectado con la ciudad a través del tren, más allá de varias líneas de autobuses.
"Por la crisis económica yo ya tendría que haber cerrado pero gracias al aeropuerto sigo vendiendo y los locales de por acá también: el supermercado, el bar. Hay más movimiento, hay gente, hay ventas. Nos beneficia un montón porque aparte esto antes era un pueblo fantasma", remarcó Claudia a Sputnik. Residente del barrio desde hace 45 años, Claudia es dueña de una pequeña tienda en frente de la estación ferroviaria, que está a dos cuadras de distancia.
El Palomar es el séptimo aeropuerto de Argentina en cantidad de pasajeros que viajan dentro del país. Desde el inicio de sus operaciones en febrero de 2018, viajaron 2,5 millones de personas, de las cuales 300.000 lo hicieron por primera vez, gracias los precios mucho más accesibles que los de las líneas comerciales normales.
"En todos los vuelos tenemos gente que nos dice 'hola, no sé qué tengo que hacer, es la primera vez que viajo en avión'. La semana pasada un señor me contaba que estuvo tres años sin viajar a Jujuy [a 1.500 km de Buenos Aires] para ver a su hija por los tiempos de viaje en micro [bus] y que en el último tiempo ya viajó tres veces a verla", contó a Sputnik Verónica Iglesias, agente de Tráfico Aéreo de Flybondi en El Palomar.
Conflicto y controversia
La nueva restricción horaria se debe a que una jueza federal dio pie a una denuncia realizada a título personal por un abogado y vecino de la zona, cuya queja tiene como base el ruido que generan las operaciones aerocomerciales durante horarios de descanso.
"Esta medida afecta directamente a miles de trabajadores y pone en riesgo la sustentabilidad del negocio de la compañía. Por otro lado, coloca a toda la industria frente a una vulnerabilidad regulatoria enorme para los demás aeropuertos, como Aeroparque y Ezeiza, que operan en condiciones urbanas y operacionales similares o peores a las de El Palomar", respondió a Sputnik Sebastián Pereira, CEO de Flybondi.
Otro de los argumentos a favor de la existencia del aeropuerto de El Palomar es que se trata de un aeródromo funcional desde 1910 y base de la Fuerza Aérea desde 1945, además de que en 2010 sirvió como aeropuerto comercial temporario durante los trabajos de mantenimiento del Aeroparque.
"Antes acá operaban cinco Boeing 707, cinco Fokker F28, los F27 y los 'Hércules' C-130, aviones viejos mucho más ruidosos, haciendo vuelos de instrucción nocturnos", observó el expiloto Juan Manuel Sato en diálogo con Sputnik. Sato trabajó en Líneas Aéreas del Estado (Lade), empresa de fomento que depende de la Fuerza Aérea y que operó hasta 2006 desde El Palomar. Actualmente, Lade continúa hoy desde Aeroparque.
A principios de 2018, cuando se terminaban las obras del nuevo aeropuerto en el espacio cedido por las Fuerza Aérea donde antes existía una escuela de aviación, organizaciones de vecinos, asociaciones de empleados aeronáuticos de la oposición y militantes de organismos de Derechos Humanos se manifestaron en contra del establecimiento de El Palomar como tercer aeropuerto comercial metropolitano.
Sus argumentos tenían diferentes frentes. De parte de la población cercana, fundamentado en los aspectos ambientales y los referidos al impacto sonoro, como los que dieron pie a la denuncia y actual restricción.
Por último, la asociación de la sociedad civil Madres de Plaza de Mayo rechazó el emplazamiento por no respetar la base militar de El Palomar como Sitio de Memoria, ya que existen causas abiertas por las sospechas de utilización de estas instalaciones como lugares de detención forzada y desaparición de personas durante la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983).