"Hemos desmantelado una red acusada de cometer 48 homicidios y de integrar asociaciones ilícitas en los departamentos de Morazán (este) y San Miguel (oeste), dentro de las cuales hay 14 agentes policiales activos y cuatro expolicías, todos debidamente capturados", informó en rueda de prensa el titular de la FGR, Raúl Melara.
"Todos estos delitos han sido cometidos por personas que debían proteger a la sociedad. Vamos a ser implacables en la persecución del delito por organizaciones terroristas. Al Estado se le respeta", enfatizó Melara al exponer a los detenidos ante los medios.
Los imputados utilizaban ropa militar o policial, y simulaban allanamientos para ingresar a las viviendas de las víctimas, las cuales eran privadas de libertad y asesinadas con armas de fuego y blancas, a veces en la misma morada.
Una investigación periodística de la Revista Factum denunció hace un par de años la existencia de estos grupos de exterminio dentro de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y la Policía Nacional Civil (PNC), pero las autoridades del Gobierno anterior lo negaron.
"Estamos mandando un fuerte mensaje de que no vamos a permitir que operen grupos al margen de la ley, la institucionalidad del Estado se respeta", aseguró el actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, Rogelio Rivas, al acompañar a Melara este lunes.
El titular de Seguridad insistió en el ultimátum lanzado por el presidente Nayib Bukele, quien advirtió que en su administración los criminales solo pueden optar por la cárcel o la muerte.
Los arrestos fueron realizados en el oriente de El Salvador por agentes de la División Élite contra Crimen Organizado y la Unidad Especializada Anti-Homicidios de la FGR.
El Salvador es uno de los países más violentos de América Latina, herencia de la guerra civil que desangró al país entre 1980 y 1992 y acentuada por las pugnas territoriales de las "maras" (pandillas) Salvatrucha, 18 Sureños y 18 Revolucionarios, entre otras.
La administración Bukele lanzó el pasado 20 de junio el plan Control Territorial, que parte de un enfoque represivo y ya logró reducir la media diaria de homicidios, con varios días sin reportar asesinatos en El Salvador.