Las llamas alcanzan varios metros de altura y se pueden ver a la distancia. El incendio se produce por una fuga de gas en el nuevo centro centro de extracción de YPF desde el 15 de septiembre. El accidente no registró heridos, pero las consecuencias para el medioambiente se suman a una lista de antecedentes en la zona, denunciados por diferentes organizaciones conservacionistas.
"La explotación hidrocarburífera está sujeta siempre a este tipo de accidentes, no es novedoso, es la norma. Pasan todo el tiempo, van a seguir pasando y esto es sólo lo que uno se entera, imaginate la cantidad que no trascienden en los medios", dijo a Sputnik Leonel Mingo, coordinador de Clima y Energía de Greenpeace Argentina.
Diez días después de ese derrame, la compañía estatal reconoció que se afectaron 47 hectáreas. Sin embargo, organizaciones como Greenpeace demostraron con el monitoreo de imágenes satelitales que fueron alrededor de 80 hectáreas contaminadas.
Desde la potenciación de las exploraciones en Vaca Muerta, los incidentes ambientales aumentan a la par. En 2018 se registraron alrededor de 1.000 eventos, cuando en 2017 fueron 703, en 2016, 868 y en 2015, 863, según informó la prensa local a partir de datos oficiales. Se trata de un promedio de más de dos emergencias por día.
Ahora, el operativo de contingencia Loma La Lata Oeste aún puede demorar dos semanas más para apagar el foco. Lo lleva a cabo la empresa estadounidense especializada Wild Well Control, mientras que un comité preventivo de acción, formado por diferentes subsecretarías estatales, realiza el seguimiento.
El avión de carga aterrizó el sábado 21 de septiembre con 56.000 kilos de bultos, incluido un camión especial con una lanza para maniobrar en la boca del pozo. Medios provinciales notificaron que se descargaron diferentes estructuras, válvulas, bombas, tapones y fluido para controlar el incendio.
Arde sobre quemado
Se trata de un nuevo inconveniente en la cuenca de hidrocarburos no convencionales más grande del país y una de las mayores del mundo, luego de un año de relaciones tensas entre el Gobierno nacional, las empresas que trabajan en la región, tanto privadas como estatales, y los gobiernos provinciales.
Ante el agravamiento de la situación económica en el país, tras la megadevaluación de más de 30% posterior a las elecciones primarias del 11 de agosto, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, impuso un inédito mecanismo de intervención en la industria petrolera.
Para intentar frenar la inflación, que se disparó en el último mes, impuso un congelamiento del precio de los combustibles a través de un decreto. Esto, que puede ser visto como un paliativo para los bolsillos de los argentinos, incumple normativas vigentes y pone en riesgo inversiones de más de 8.000 millones de dólares en Vaca Muerta.
La medida también afectó seriamente los ingresos de las provincias petroleras, como Neuquén, Chubut y Río Negro, pues una parte sustancial de su economía depende de las regalías que pagan las empresas petroleras por la explotación del suelo.
Debido a las protestas de provincias y empresas, el Gobierno decidió flexibilizar el "congelamiento" de los precios mayoristas y permitió un aumento del 4% a las naftas para minoristas.
Esto fue, también, en respuesta al alza mundial del valor del crudo luego de los ataques con drones a las refinerías saudíes. Pero los vendedores de combustibles demandaban diez veces más que ese porcentaje.
Energía renovable como alternativa
En ese contexto, la opción entre energía renovable y no renovable cobra cada vez más vigencia en Argentina, donde la explotación de los recursos de Vaca Muerta ha sido puesta como una prioridad.
"Hay un giro hacia lo renovable cada vez más fuerte en el mundo pero lamentablemente Argentina está yendo en la dirección equivocada. Países de la región como Chile y Uruguay tienen entre el 15 y el 20% de su matriz energética proveniente de fuentes no fósiles, y nosotros no llegamos al 2%", resaltó Mingo.
Según el último informe de junio de 2019 de Cammesa (empresa que regula la energía mayorista), analizado por el sitio Chequeado, este porcentaje corresponde, en realidad, a 5,4%, lejos de las estimaciones y metas oficiales. La ley de fomento a estas fuentes de energía, aprobada en 2015, ambiciona llegar al 20% para mediados de 2025.
En 2016, se puso en marcha el Plan Nacional de Energías Renovables (Renovar), a través del que se desarrollaron 20 proyectos de tecnología eólica, 18 plantas solares, 12 de bioenergías (biogás y biomasa) y una represa hidroeléctrica, además de 103 iniciativas en construcción, pero no han sido suficientes para acercarse a los objetivos estipulados.