Oleg Smolenkov, de unos 50 años, según los medios, desapareció en junio de 2017 cuando él, su esposa Antonina y sus tres hijos se esfumaron sin dejar rastro después de viajar a Montenegro, aparentemente por unas vacaciones.
Pero lo que al principio parecía una historia digna de una novela de espionaje al final se convirtió en una farsa cuando los medios internacionales afirmaron que precisamente Smolenkov había informado a la inteligencia estadounidense de una orden personal del presidente ruso, Vladmimir Putin, de entrometerse en 2016 en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Menos mal que este señor que parece un superespía, por lo que dicen nuestros colegas americanos, no les comunicara a sus contactos de la CIA secretos de las nuevas armas hipersónicas rusas.
Sorprende también que no les dijera nada sobre el papel de Rusia en el Brexit, en la crisis de Catalunya y en muchas cosas más.
Pero hablando en serio, esto se llama "cacarear y no poner huevo"…
"El supuesto espía que huyó de Putin y aparece en la guía de teléfono", tituló el diario español EL PAÍS a una de sus crónicas que a primera vista tiene un tono bastante sarcástico.
Hay que reconocer que la autora de este artículo sugiere unas buenas preguntas. Y la verdad es que no convencen las respuestas que se han ofrecido hasta el momento. No añaden credibilidad a toda esa historia…
Pero no es lo queda en la memoria de la audiencia, lo que queda es la historia de un superespía que alertó a la CIA de la injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales en EEUU.
Llama la atención que al final del artículo de El País un exencargado de reubicaciones de la CIA dice que, tal vez, ahora Smolenkov, si en efecto es el colaborador protegido de EEUU, verá más clara la necesidad de cambiar de identidad.
Dice también, que no teme a corto plazo por su seguridad, teniendo en cuenta toda la atención puesta sobre él y el despliegue de la agencia de inteligencia, pero le preocupa el peligro a uno, tres o más años vista.
"Por décadas. Putin 'es muy vengativo'". Así termina el artículo. Parece que con la historia de Smolenkov los medios internacionales pretenden matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, reanimar el tema de la intromisión rusa y por el otro lado hacer una alusión al caso Skripal…
Aunque Sir Robert Owen, el juez que presidió la investigación, no encontró pruebas para fundamentar su versión, sentenció que Litvinenko fue víctima de una operación secreta de la inteligencia rusa probablemente aprobada por el presidente Putin.
De la boca de un juez la palabra "probablemente" suena rara por decir algo. Cuando lo dice un político o bien un periodista, se entiende por qué y para qué, pero un juez…
Esto suena igual que la famosa expresión "altamente probable".
Por cierto he viso hace poco en la prensa británica una frase que decía que la justicia se puede hacerse de formas diferentes, no necesariamente en el marco de un juicio.
El autor de un artículo publicado en The Guardian considera que el arte también puede ser una forma de justicia.
Esto lo dice con motivo del reciente estreno en un teatro de Londres de un drama dedicado al caso Litvinenko. Sir Robert Owen, el juez que presidió la investigación del caso, alegó que Litvinenko fue víctima de una operación secreta de la inteligencia rusa probablemente aprobada por el presidente Putin.
Solo en tiempos cuando la justicia no existe el arte puede ser una forma de justicia. También es cierto que es difícil hablar de justicia cuando un juez utiliza expresiones como "altamente probable". En cualquier caso no hay que engañarse, el teatro no es un juzgado y no puede hacer justicia.
Y la verdad es que hacer teatro de la justicia y de temas tan importantes como seguridad internacional es una mala costumbre, una costumbre peligrosa. La imagen de un "Putin macabro" que amenaza a Occidente con su poderío militar parece ser tan arraigada ya que algunos altos cargos militares de Washignton hablan en serio de la posibilidad de una agresión militar contra Estados Unidos y Europa por parte de Rusia.
El comandante de las Fuerzas Aéreas de EEUU en Europa y África, el general Jeffrey Lee Harrigian, declaró recientemente que el Pentágono ha desarrollado un plan para neutralizar el sistema de defensa antiaérea del enclave más occidental de Rusia en caso de producirse una agresión de Moscú.
El militar no ha revelado detalles, pero apuntó que se trataría de una combinación de ataques aéreos, terrestres, marítimos, espaciales, ciberespaciales y electrónicos, según Breaking Defense.
"Amenazas, irresponsabilidad y estupidez", así de claro calificó estas declaraciones la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, según un reportaje de RT.
Una guerra con Rusia ya no parece imposible a muchos en Estados Unidos. Un grupo de investigadores de la Universidad de Princeton encabezado por Alex Glaser recientemente presentó un video sobre lo que sería la debacle nuclear en caso de que las dos potencias se enfrentaran.
Rusia se lleva a cabo maniobras militares a gran escala en el Distrito Militar Central. Pero estos ejercicios no están dirigidos a ningún país tercero menos aún a Estados Unidos, se centran en operaciones antiterroristas, informa una crónica de Euronews.
Como vemos Rusia se dedica a tareas mucho más reales que simular una guerra contra Europa o Estados Unidos. Lo que está preparando junto con sus aliados es una respuesta a la cada vez más palpable amenaza en la dirección estratégica de Asia Central.
Y a los generales estadounidenses que preparan una combinación de ataques aéreos, terrestres, marítimos, espaciales, ciberespaciales y electrónicos contra Kaliningrado tendrían que contestar a una pregunta sencilla: ¿De dónde vino el mayor ataque contra Estados Unidos de los últimos años?
Creo que la respuesta es obvia y que esta respuesta sugiere que sería mucho más prudente dedicarse a estudiar amenazas reales que simular una guerra contra Rusia.