El vicefiscal general Saak Karapetián afirmó que la campaña antirrusa de Londres en el caso Skripal es "una provocación a partir de un escenario parecido al que se utilizó para acusaciones gratuitas tras el supuesto atentado contra (el magnate) Borís Berezovski en Londres, en verano de 2003, y la muerte de (el exagente de seguridad) Alexandr Litvinenko en noviembre de 2006".
"En los tres casos hubo una avalancha de acusaciones sin prueba, de que los servicios secretos rusos habrían utilizado sustancias tóxicas en territorio británico, tras lo cual se exigió la imposición de sanciones a Rusia", añadió.
Karapetián acusó a Londres de mantener el "secretismo" con respecto al desarrollo y los resultados de la investigación tanto en el caso Skripal como en los casos Berezovski y Litvinenko, lo que a su juicio supone "una violación del derecho internacional".
El Caso Berezovski
La muerte del oligarca ruso Borís Berezovski fue en interés de las autoridades británicas, declaró el vice fiscal general de Rusia.
Señaló que Berezovski murió justo después de que expresase públicamente su deseo de regresar a Rusia.
El cuerpo de Berezovski fue hallado en marzo de 2013 en un cuarto de baño de su casa en la localidad de Ascot, en el condado sureño de Berkshire.
La versión de suicidio fue apoyada por un guardia de Berezovski, quien encontró su cuerpo, un médico de ambulancias que llegó al lugar, la Policía y los forenses que investigaron el caso.
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Serguéi Skripal, un exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, quien es nacional de Rusia, fueron hallados a principios de marzo pasado inconscientes cerca de un centro comercial en Salisbury.
La hija de Skripal fue la primera en recuperar el conocimiento a finales de marzo; el 6 de abril se anunció que también Serguéi Skripal había salido del estado crítico y respondía bien al tratamiento.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongará por varios meses, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del supuesto intento de envenenamiento de los Skripal, alegando que la sustancia procede de Rusia.
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Moscú rechaza las acusaciones de Londres, por infundadas, y reclama el acceso a las evidencias para poder colaborar con la investigación.