Sin embargo, las nuevas tecnologías han ayudado a descubrir yacimientos ocultos y más ricos, al punto de que la producción de oro aumentó y alcanzó su máximo nivel desde el 1914.
Como resultado, la empresa canadiense Kirkland Lake Gold ha transformado su mina subterránea Fosterville en una de sus operaciones más lucrativas relacionadas con la extracción de oro. Los primeros trabajos comenzaron aquí en el siglo XIX y posteriormente se realizaron esporádicamente durante todo el siglo XX. La mina subterránea volvió a reabrirse en el 2006.
"Las mejores minas revelan sus reservas con el paso del tiempo. En realidad es una cajita de joyas fantástica que cada vez se hace mejor", declaró a Bloomberg, David Baker, socio director de la empresa Baker Steel Capital Managers.
A la hora de evaluar los distintos proyectos, los mineros suelen estimar el volumen de oro que contiene cada tonelada de roca excavada en un yacimiento.
En Kirkland, que también opera varias minas en Canadá, están seguros de que los mineros de la empresa serán capaces de descubrir otras zonas subterráneas ricas en oro en la mina de Fosterville.
Las tecnologías modernas —como la electromagnética aérea y la geoquímica— ayudan a localizar reservas de oro que se encuentran enterradas en capas subterráneas de la tierra. Las tácticas de búsqueda mejoradas empujan la producción de oro mientras al tiempo que aumentan sus precios. Como resultado, las ganancias de Kirkland se duplicaron en la primera mitad del 2019.