En vísperas de su 85 cumpleaños, celebrado el 11 de septiembre, Záitsev habló con Sputnik sobre su más de una década de servicio al mando del Grupo A, la legendaria unidad de operaciones especiales dedicada al combate antiterrorista, conocida extraoficialmente como Grupo Alfa.
"En caso de no cumplirse sus exigencias, presentó un ultimátum a los estadounidenses de que se vería obligado a poner en acción un dispositivo explosivo que llevaba consigo. Se lo mostró a los estadounidenses. Naturalmente, ellos acudieron de inmediato a nuestras autoridades competentes para resolver el problema con este hombre bomba", cuenta Záitsev.
Al llegar a la Embajada, los miembros del grupo Alfa discutieron todos los detalles de la operación con los representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS y de la Embajada de Estados Unidos. Aunque no excluyeron la posibilidad de usar armas en la operación, se decidió, primero, negociar con el hombre, una tarea que quedó a cargo de Záitsev.
"Cuando llegué a las instalaciones donde estaba el terrorista, el primer secretario de la Embajada estadounidense le estaba hablando. Pero luego se fue y nos quedamos solos. El terrorista inmediatamente exigió que yo dijera quién era. Le dije lo primero que me vino a la mente, dije que era el segundo secretario del Departamento Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS. Él exigió ver mis documentos, pero le respondí que estaba en territorio ajeno y, por lo tanto, había dejado todos mis documentos en mi tierra", recuerda el comandante jubilado.
"Yo, entonces, le dije: 'Tendré que dejar el edificio de la Embajada, porque necesito comunicarme con mi liderazgo y averiguar cómo se pueden preparar sus documentos para la salida del país, nadie lo dejará salir sin documentos, tenga en cuenta", detalló el oficial.
Záitsev recuerda que la conversación con el terrorista fue "muy aburrida", pero logró descubrir detalles sobre él. Se llamaba Yuri Mijáilovich Vlasenko, tenía 26 años y era un antiguo marinero de la flota mercante.
"En el curso de la conversación siguiente tuve una fuerte sensación de que estábamos tratando con una persona con problemas mentales, lo que posteriormente se confirmó", apuntó el general.
No fue posible obligar a Vlasenko a desistir de sus planes. Así que se dio la orden de inmovilizarlo con disparos en el hombro y el antebrazo derechos. El objetivo era hacer que se quitara la mano del detonador, lo que posibilitaría su neutralización, explicó Záitsev. Sin embargo, los disparos no tuvieron éxito, ya que Vlasenko corrió y se metió en una de las oficinas de la Embajada, donde hizo volar el dispositivo explosivo de fabricación casera.
"Se produjo un incendio. Vlasenko fue llevado a una ambulancia, pero murió debido a las heridas fatales recibidas en la explosión", recordó el comandante.
Posteriormente, una comisión técnica-operativa especialmente creada concluyó que el dispositivo explosivo estaba compuesto de tres secciones y que, afortunadamente, no había sido completamente activado.
"En la primera sección había una carga de pólvora, en la segunda sección había una carga de TNT, y en la tercera sección, algo de mayor poder destructivo: medio litro de ácido pícrico. Se concluyó que si el tercer compartimento hubiera sido activado, el edificio de la Embajada estadounidense podría haber sido destruido parcialmente", contó Záitsev.
Guennadi Záitsev comandó el Grupo A entre 1977 y 1988 y, nuevamente, entre 1992 y 1995. Lideró una serie de operaciones para neutralizar a terroristas que tomaron rehenes, incluidos niños. En 1986, Záitsev recibió el título honorífico de Héroe de la Unión Soviética "por sus grandes logros en garantizar la seguridad del Estado de la URSS y por el coraje y la valentía demostrado en la neutralización de los delincuentes especialmente peligrosos".
El Grupo Alfa existe hasta el día de hoy y tiene la labor sigilosa de resguardar diariamente el bienestar de los ciudadanos rusos del terror que quieren inspirarle sus enemigos.