"Los informes sobre nuevos atentados aparecen constantemente y, por el momento, el número de personas dispuesto a cometer esas acciones es muy elevado", destacó el exmilitar.
Además, Filatov añadió que "el terrorista no es nada más que un ejecutor" mientras que los atentados se preparan, se planifican y se financian por otras personas. En el caso de Niza, el ataque fue supuestamente ideado por los simpatizantes de Daesh, comentó el exagente.
"Esta es la razón por la que es necesario luchar contra las causas de los atentados y no contra las consecuencias", profundizó el veterano, además de añadir que "no se pueden generar las condiciones para que los ciudadanos de cualquier país estén dispuestos psicológicamente a detonar un cinturón suicida".
Por desgracia, destacó el exmilitar, la cooperación en la lucha contra el terrorismo depende directamente del clima político, que por el momento "no es favorable".
"En los últimos dos años nuestra cooperación se ha visto reducida significativamente", comentó Filatov al comparar la situación actual con la del inicio de los años 2000, cuando Rusia llevó a cabo la operación antiterrorista en el Cáucaso.
Filatov recordó que, en aquel momento, Rusia había conseguido "erradicar a centenares de emisarios extranjeros de Arabia Saudí, Palestina y otros países que recorrían las repúblicas caucásicas de Chechenia, Daguestán e Ingushetia". Mientras tanto, añadió, la comunidad internacional se esforzaba por "convencer a Rusia de que su lucha contra el terrorismo era, en realidad, 'una lucha contra su propio pueblo'".
"La retórica cambió después de los atentados del 11 de septiembre, cuando los estadounidenses llegaron a Rusia para decirnos que habían revisado su posición y admitieron que el terrorismo era una amenaza internacional", indicó Filatov.
No obstante, mencionó el militar, en la actualidad, Rusia y sus socios occidentales se encuentran en el nivel más bajo de cooperación en materia de terrorismo.
Anteriormente, en junio de 2016, un grupo de políticos de Alemania, Francia e Italia publicó una carta abierta urgiendo a levantar las sanciones antirrusas y también las impuestas contra funcionarios del país, debido a que impiden la cooperación en el ámbito de seguridad.
Sin embargo, el 1 de julio de 2016, el Consejo de la UE decidió prorrogar las sanciones contra el país eslavo hasta enero de 2017.