Esta ruptura fue "anunciada" tanto por el incumplimiento por parte del Gobierno encabezado por el presidente, Iván Duque, de puntos centrales de los acuerdos de paz de 2016, como también por las diferencias internas de las FARC.
El actual líder del partido político FARC, Rodrigo Londoño, dijo tras el anuncio de su excamarada Márquez que "a los incumplimientos del Gobierno no se puede responder con incumplimientos", considerando la movida como un "grave error". Este pronunciamiento abonó las discrepancias que mantuvo con Márquez incluso durante las negociaciones.
"Las FARC venían divididas en los mismos diálogos en torno a un tema que es central e histórico a su origen. Es la vieja tesis de Manuel Marulanda Vélez ["Tirofijo", fundador de las FARC en 1964]: 'con la oligarquía colombiana, cada vez que tenga disposición y considere que es pertinente establecer una mesa de diálogo lo podemos hacer, lo que nunca podríamos hacer es negociar la entrega de armas, que son lo último que se deja'", manifestó el escritor entrevistado.
En 2014 Higuita publicó Los diálogos de La Habana y las perspectivas de una paz duradera en Colombia, un ensayo "optimista" sobre lo que terminaría pasando en 2016, cuando Gobierno y guerrilla firmaron los acuerdos en Cuba. Pero hace pocas semanas el licenciado en Historia Económica por la Universidad de Estocolmo publicó otro texto sobre el fracaso de los acuerdos.
Y advertía que si ganaban "todos los sectores políticos, económicos y culturales que se opusieron al acuerdo y buscaron el No del plebiscito, pues ese Gobierno no tendría ninguna disposición a cumplirlo", agregó.
En esta lógica, Higuita remarcó que la gestión de Duque se puso "como punta de lanza" de los gobiernos de derecha para atacar a Venezuela y querer "sacar a un Gobierno legítimamente elegido por su pueblo". Y además sostener a "un títere como Guaidó [diputado opositor venezolano] para seguir "la línea a la Casa Blanca" sobre lo que hay que hacer con Venezuela.
Bajo ese modelo, y desde la firma de los acuerdos de paz, 800 líderes sociales —229 bajo el mandato de poco más de un año que cumplió Duque en agosto— y 150 guerrilleros que habían firmado la paz fueron asesinados, y prácticamente todos los hechos quedaron impunes. "Pues entonces cómo explicar que estás del lado de la democracia", planteó el académico.
"¿La firma de los acuerdos de paz con las FARC sirvió para ponerle fin al asesinato de la oposición en Colombia? La respuesta es no. Tampoco sirvió para frenar los casi 800 asesinatos de líderes sociales de base y guerrilleros que firmaron el acuerdo y se fueron a la zona desmovilizada y dejaron la armas", reflexionó.
Higuita reparó en que "estamos hablando del Estado que tiene uno de los Ejércitos más entrenados, de mayor Inteligencia, de mayor capacidad militar probada en la guerra constante diaria contra guerrillas de todo tipo y supuestamente contra el paramilitarismo, pero no es capaz de garantizar la vida en la región de la gente que está más expuesta".