Trump consideró "útil" la presencia de Rusia en la cumbre del G7. No obstante, el mandatario observó que "no todos están de acuerdo" con su opinión.
La posición de Trump solo fue apoyada por el saliente primer ministro italiano, Giuseppe Conte, mientras que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, se mantuvo neutral. Los líderes de Alemania, el Reino Unido, Canadá y Francia, así como el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunciaron la inadmisibilidad del regreso de Rusia al G7, según el diario The Guardian.
Putin, a su vez, declaró que Moscú considera útiles cualesquiera contactos con el grupo y no descarta su retorno al formato del G8.
Aunque la mayoría de los líderes de los países de la cumbre del G7 se negaron a que Rusia retornara al selecto club, pidieron una mayor coordinación con el país euroasiático.
El G8 existió de 1998 a 2014, cuando, debido a los acontecimientos en Crimea, los miembros de ese club decidieron no ir a la cumbre, que tenía que celebrarse en Sochi (Rusia), y se reunieron en Bruselas (Bélgica) con la sonora ausencia de los representantes del Kremlin. Occidente acusó a Rusia de estar inmiscuyéndose en los asuntos de Ucrania y le impuso sanciones.
Moscú rechazó todas las acusaciones, respondió con la política de sustitución de productos importados por los nacionales y declaró que es contraproducente hablar con Rusia el lenguaje de las sanciones.