"Incendios forestales existen en todo el mundo, y eso no puede servir de pretexto para posibles sanciones internacionales", dijo Bolsonaro en referencia a advertencias formuladas más temprano por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, acerca de represalias económicas por la posible responsabilidad del Gobierno brasileño en miles de focos de fuego que han destruido más de 18.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía en lo que va del año.
Además, prometió la "tolerancia cero" contra el crimen ambiental.
El personal de las Fuerzas Armadas, señaló, "tomará medidas enérgicas contra las actividades ambientales ilegales e incluso contendrá los incendios".
Poco antes, Bolsonaro firmó un decreto que autoriza el envío de las Fuerzas Armadas para combatir incendios en Amazonía.
El decreto establece que se enviará personal si lo solicitan los gobernadores de los estados norteños afectados por los incendios.
El INPE indica que entre enero y julio se habían quemado en Brasil 57.827 kilómetros cuadrados, de los cuales 27.149 kilómetros cuadrados corresponden al Cerrado, un bioma de sabana tropical que se extiende del noreste al centro y al oeste del país, y 18.629 a la Amazonía, que comprende toda la franja norte del país.