El proyecto piloto del agrodroide ya empezó a ponerse en marcha en la región rusa de Bélgorod, en la parte europea de Rusia. Cognitive Technologies espera instalar en los próximos años sus dispositivos en todo el parque de cosechadoras de Rusagro que se cifra en 800 unidades.
Cognitive Technologies anunció el desarrollo de un sistema de control autónomo sobre la maquinaria agraria en septiembre de 2018. La compañía desarrolló el sistema agrodroide llamado Cognitive Agro Pilot. El precio de un equipo de agrodroide oscila entre 3.000 y 10.000 dólares.
Este año la empresa empezó a producir los Cognitive Agro Pilot a escala industrial y también tiene pendiente la firma de un contrato con grandes compañías de Estados Unidos por una gran cantidad de aparatos, relató a Sputnik la presidenta de la compañía.
"Cognitive Technologies tiene grandes planes en cuanto a la promoción de su producto en América Latina. De hecho, la empresa empezó a desarrollar su proyecto no en Rusia, sino en Argentina. La cooperación tuvo mucho éxito porque en Argentina hay varias cosechas al año, por lo cual, el efecto económico del uso de estos sistemas es obvio. La robotización en este país avanza con mucha rapidez", declaró.
Entre otros, la compañía rusa ya tiene previsto salir a los mercados de Brasil, Canadá y Australia.
¿Cómo funciona el agrodroide y por qué es único?
Cuando hablamos del principio clave del funcionamiento del sistema Cognitive Agro Pilot no solo se trata de la robotización del movimiento de la cosechadora, sino que la tarea era sustituir por completo el trabajo del conductor de la maquinaria agraria, explicó Uskova.
El sistema desarrollado por Cognitive Technologies no necesita saber su localización geográfica vía satelite —como lo hacen otros sistemas a través de GPS—, sino que 've' el campo por delante, es decir, analiza qué situación hay en el lugar donde se cosecha. Actualmente en el mercado internacional están presentes los sistemas de conducción de la maquinaria agraria por satélite, en otras palabras no 'ven' lo que sucede en el campo, agregó.
"Otros aparatos no se detienen si en su camino hay una piedra, un tronco o —Dios no lo quiera— un ser vivo, un animal o un humano, por esta misma razón dichos sistemas extranjeros no se usan mucho. Estas cosechadoras pueden sufrir un fallo técnico o un incidente que puede afectar a un ser humano", dijo la entrevistada.
La empresa fijó la ambiciosa meta de desarrollar un sistema capaz de analizar la situación en el campo y cumplió con ella con un esfuerzo mínimo. En otras palabras el sistema utiliza la cantidad mínima de dispositivos. La cosechadora está dotada de una inteligencia artificial basada en un sistema neuronal de autoaprendizaje y una cámara. En función del tipo de sistema de conducción puede haber hasta dos cámaras.
"La idea era crear algo parecido al droide R2-D2 de la saga 'La guerra de las galaxias'. Cuando los protagonistas necesitaban viajar al espacio insertaban este droide en una nave y este se ocupaba de la navegación. Nuestra tarea era hacer posible que el sistema pudiese operar en cualquier tipo de maquinaria agraria, sea una cosechadora, un tractor o una sembradora", profundizó.
¿Sustituirá el robot al ser humano?
Con el paso del tiempo el sistema Cognitive Agro Pilot podrá reemplazar al ser humano, de ahí que no hará falta emplear a conductores en el futuro. Por ahora esta posibilidad no se aprovecha, pero es posible que en cinco años todo cambie.
En caso de que se desarrollen los servicios correspondientes solo una persona se ocupará del mantenimineto de hasta 10 cosechadoras, es decir, solo reparará las máquinas, no las conducirá. Hoy los operadores ya no necesitan conducir la maquinaria agraria: se ocupan del análisis de cómo se procesa la cosecha.
El sistema Cognitive Agro Pilot es diferente en comparación con los sistemas que se instalan en los automóviles autónomos, explicó la presidenta de la empresa.
"Se trata efectivamente de otro tipo de objetos que están en su camino y, de esta manera, de otro nivel de responsabilidad. En el caso de la cosechadora no tripulada hay menos obstáculos", indicó.
Por otro lado, los campos pueden tener un relieve mucho más complicado que las carreteras, por lo tanto, tienen que ser capaces de cosechar en diferentes condiciones. Actualmente varias cosechadoras autónomas se somenten a las pruebas en la región rusa de Tomsk, en Siberia, donde el terreno es bastante accidentado.
El sitema desarrollado por la empresa Cognitive Technologies no tiene análogos en otros países. Es verdad que hay cierta competición en el mercado de sistemas de conducción en el sector agrario pero los demás aparatos carecen de inteligencia artificical.