"Muchos dicen 'héroe', pero la verdad es que no me siento un héroe porque hice lo que debía hacer, salvé el avión, los pasajeros, la tripulación", dijo en la cadena de televisión Rossiya 1.
"Tenemos un simulador con el que cada seis meses nos entrenamos para estar preparados para ese tipo de averías, así que estábamos listos", afirmó.
El piloto reveló que después del accidente una de las primeras llamadas que hizo fue a su mujer.
"Después de la evacuación de los pasajeros bajé del avión, hice una vuelta, examiné los daños exteriores, me aseguré de que todo estaba seguro, volví a la cabina y llamé a mi esposa", relató.
El piloto afirmó que ahora planea descansar un poco de los vuelos, pero no los dejará para siempre.
"La situación fue desagradable, pero no me quitó el deseo de volar", dijo.
Yusúpov agradeció a la tripulación, los pasajeros, el segundo piloto e incluso al avión.
Los pasajeros de la aeronave, que aterrizó de panza y con los motores apagados, fueron evacuados rápidamente vía los toboganes de emergencia gracias a la buena coordinación de los tripulantes de cabina.
Tras el accidente, 76 personas solicitaron atención médica.
El Gobierno ruso calificó de héroes a los pilotos del avión y adelantó que en breve serán condecorados.