"Es indignante que la Unión Europea se esté comportando de esta manera totalmente carente de humanidad", señala Berzosa.
En concreto, el presidente de CEAR valora la actuación del club comunitario en las últimas semanas como "penosa" porque, ante la situación de urgencia de algunos barcos de rescate, la UE decidió "no dar respuesta" y mirar ante otro lado la imposición de decisiones "represivas" como el cierre de puertos en Italia.
Desde hace varios días, más de 500 personas rescatadas en aguas del Mediterráneo por dos barcos —el Open Arms y el Ocean Viking— esperan que algún puerto europeo les permita desembarcar.
En España, la situación del barco Open Arms —que actualmente tiene a 147 personas a bordo— despertó un especial interés político y mediático, ya que se trata de una nave de bandera española operado por una ONG también española.
A día de hoy, el Open Arms se encuentra fondeado en aguas territoriales de Italia, que se niega a permitir el atraque del barco, pese a que un tribunal administrativo de Lazio anuló este 14 de agosto el "decreto de seguridad" por el cual el Gobierno italiano mantiene cerrados sus puertos a las ONG.
"La situación que está pasando con este barco es indignante", valora Berzosa antes de subrayar que las personas que se encuentran a bordo "lo están pasando mal" y que la prioridad ahora mismo para los países europeos debería ser "ofrecerles una solución" en lugar de jugar una batalla estratégica por ver qué modelo migratorio se impone.
En opinión de Berzosa, además de "carente de humanidad", la actuación de la UE también arroja una sombra de incertidumbre legal, ya que cuando un país se niega a recibir a personas rescatadas cerca de sus aguas es que "la ley no se está cumpliendo".
En opinión del presidente de CEAR —una de las organizaciones humanitarias sobre migración más importantes de España, con una trayectoria que se remonta a 40 años—, es urgente que se resuelva la situación de los dos barcos anteriormente nombrados, y la Unión Europea establezca mecanismos para evitar que cada rescate realizado por entidades privadas acabe convirtiéndose en una crisis.
"No se puede dar una solución particular a cada barco. Esto hay que abordarlo de forma integral", señala Berzosa.
Además, el presidente de CEAR incide en que el establecimiento de sistemas ordenados para gestionar los rescates en el Mediterráneo es urgente porque en el actual contexto internacional resulta más que probable que la población africana siga lanzándose al mar para buscar un futuro mejor.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) actualizados al 8 de agosto, en lo que va de año un total de 39.289 migrantes y refugiados han ingresado a Europa por vía marítima.
En total, en las tres principales rutas del mar Mediterráneo se contabilizó la muerte o desaparición de 840 personas en lo que va año.
Aunque estas cifras son menores que las registradas en 2018, Berzosa destaca que "son demasiadas vidas perdidas".
Por ello, CEAR insta a la Unión Europea a atajar el problema en su conjunto, ya que "atañe a todos los países, no solo a aquellos que tienen frontera exterior".
"La Unión Europea debe plantearse si le importa sólo el mercado común y la moneda única, o si quiere ser un proyecto solidario que defiende los derechos humanos", concluye el presidente de CEAR.