Según informó el Ministerio de Defensa de Rusia, los drones fueron derribados a una distancia segura de la base militar y no hubo pérdidas ni materiales ni humanas. Por esta razón, la base de Hmeymim sigue operando de modo habitual.
Un ataque previo tuvo lugar a finales de julio, cuando los terroristas lanzaron varios cohetes en dirección a la base militar rusa desde la zona de distensión de Idlib, declaró el director de operaciones del Estado Mayor General ruso, Serguéi Rudskói.
En aquella ocasión, los cohetes no alcanzaron sus objetivos, pero dos civiles sirios fallecieron en el ataque y cuatro personas más resultaron heridas.