A finales de julio EEUU y el Reino Unido formaron una misión naval para protección del transporte marítimo comercial, aumentando de este modo su presencia militar.
El ejercicio será "otro gran logro para la fortaleza y dignidad de la República Islámica de Irán", logrado "a pesar de la mala voluntad y las viles intenciones de Gran Satán, es decir EEUU y sus reclutadores", dijo Amir Hatami, el ministro de Defensa iraní.
De este modo los ejercicios navales ruso-iraníes "aumentarán el riesgo de un peligroso enfrentamiento", escribe el diario.
Los ejercicios "demuestran la voluntad de dos países de desarrollar la cooperación fuera de Siria", opinó Nicole Grazhevski, doctora en Ciencias Políticas y experta en relaciones ruso-iraníes de la Universidad de Oxford.
"Rusia utiliza Oriente Medio como una región en la que puede desempeñar el papel de un guardián de la ley para demostrar que puede ser la misma que EEUU", afirmó.
La situación en el estrecho de Ormuz se deterioró después de que EEUU se retirara del acuerdo nuclear con Irán. Desde entonces, el estrecho ha sido escenario de una serie de ataques contra petroleros. Los países europeos formaron una misión naval para la protección de la libre navegación por el golfo Pérsico.
La situación se agravó aún más después de que Irán detuviera en el estrecho de Ormuz el petrolero Stena Impero que navegaba bajo bandera británica. Según Teherán, el Stena Impero fue apresado en respuesta a la detención del Grace 1, el petrolero que sigue detenido desde principios de julio en Gibraltar.