El programa de construcción de inspectores satelitales en todas las grandes potencias siempre ha estado relacionado de una u otra forma con programas militares y, por lo tanto, casi siempre están clasificados. La existencia en órbita de los aparatos militares rusos Cosmos-2535 y Cosmos-2536 fue confirmada en un reciente comunicado oficial publicado por el Ministerio de Defensa de Rusia.
Estas naves espaciales están diseñadas para "estudiar el impacto en las naves espaciales del grupo orbital ruso, así como para desarrollar tecnologías para su protección", apunta el comunicado.
Breve historia del desarrollo de los aparatos
Los proyectos de los primeros satélites espaciales de este tipo aparecieron a fines de los años 50 del siglo pasado. En aquel momento se trataba de aparatos tripulados. Uno de los primeros proyectos fue el transbordador espacial estadounidense X-20 Dyna-Soar, desarrollado en EEUU desde 1959 hasta 1963.
En la URSS, en la década de 1970, también se desarrollaban proyectos similares. Fueron lanzados simultáneamente cinco estaciones espaciales militares, cuyas funciones incluían, además de realizar reconocimientos fotográficos y radio-técnicos, las tareas de inspeccionar satélites de otros países y combatir a los inspectores espaciales de enemigos.
Sin embargo, durante la Guerra Fría las partes se amenazaban en lugar de interceptar e inspeccionar los satélites y estaciones de cada uno.
El marco legal
El estatus de un satélite-inspector en el espacio es una cuestión interesante. El espacio exterior y los cuerpos espaciales naturales en él poseen extraterritorialidad por el Tratado sobre el espacio ultraterrestre firmado por la URSS, EEUU y el Reino Unido en 1967. Esto significa que ningún país puede pretender poseer un cuerpo espacial o su parte, y la soberanía de los Estados se extiende solo a los objetos espaciales lanzados directamente por ellos.
Según el artículo ocho, cualquier objeto lanzado al espacio ultraterrestre por cualquier país "retendrá su jurisdicción y control sobre tal objeto, así como sobre todo el personal que vaya en él, mientras se encuentre en el espacio ultraterrestre o en un cuerpo celeste".
Entonces, cualquier satélite-inspector puede acercarse a un satélite extranjero, realizar monitoreo u observación remota de cualquier manera, pero no puede interrumpir su funcionalidad de ninguna manera. En la década de 1980 tanto en la URSS, como en EEUU y en otros países que tenían en su disposición tecnologías espaciales, la mayoría de los satélites-inspectores no se centraron en secuestrar o destruir los aparatos de otros países. Se enfocaron en la observación pasiva desde lejos.
Hoy los aparatos de este tipo están diseñados para llevar a cabo varias tareas y ninguna de ellas está relacionada con misiones de combate. Normalmente se utilizan para monitorear el movimiento de otras naves espaciales, interceptando su intercambio de radio.
El futuro de los satélites-inspectores
Los satélites que no llevan ninguna arma no violan el Tratado sobre el espacio ultraterrestre. Aunque incluso la instalación de armas convencionales en ellos no está prohibida por este tratado. Estos aparatos pueden ser utilizados para fines pacíficos como, por ejemplo, para reabastecer de combustible y prestar servicio a los satélites en órbita, o para limpiar chatarra espacial. La tecnología de los satelitales-inspectores sigue desarrollándose y en el futuro habrá muchos más en el espacio.