"Los electores de centro son el botín de esta elección que todos los candidatos están intentando alcanzar. La verdadera disputa de las elecciones en Uruguay es esa", dijo a esta agencia el politólogo Antonio Cardarello, profesor e investigador de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener 50% más uno del total de votos emitidos.
En caso de ninguno de los postulantes obtenga esa proporción de sufragios (situación que según los analistas y las encuestas será la más probable), se realizará una segunda vuelta el 24 de noviembre en la que competirán los dos que tengan más votos.
El politólogo Adolfo Garcé, también docente e investigador en Universidad de la República, dijo a Sputnik que los partidos tienen presente que es "muy importante" conseguir a los votantes de centro.
"Es central para la izquierda retener a los electores de izquierda, pero también ser capaz de captar a los centristas. Para los partidos de derecha pasa lo mismo, deben retener al electorado de derecha pero al mismo tiempo sumar a los electores de centro", señaló.
Los candidatos con más chances de llegar a la presidencia, según las encuestas, son Daniel Martínez, del gobernante Frente Amplio (izquierda), Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (conservador), y Ernesto Talvi, del Partido Colorado (centroderecha).
La estrategia de Talvi
Talvi ha desarrollado una clara estrategia de apuesta al centro, señaló Garcé, por ejemplo marcando distancias con el candidato del partido Cabildo Abierto (derecha), Guido Manini Ríos, excomandante en jefe del Ejército, criticado por comentarios considerados xenófobos y a quien varios dirigentes de izquierda han comparado con el mandatario ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro.
Dentro de su Partido Colorado, Talvi vetó la pretensión de nueva postulación del senador Pedro Bordaberry, duro crítico en el Parlamento del Frente Amplio e impulsor en 2014 de un plebiscito para bajar la edad de imputabilidad, que fracasó en las urnas.
No obstante, dijo no estar seguro si eso "le alcanza para ganar" en octubre, porque podría necesitar de los votos de derecha que migraron a Cabildo Abierto.
En la misma sintonía, Garcé afirmó que la emergencia de Talvi "está desafiando" al Partido Nacional y al Frente Amplio, aunque señaló que el escenario más probable es que quienes se enfrenten en el balotaje sean Martínez y Lacalle Pou.
La propuesta de Lacalle Pou
El candidato del Partido Nacional, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), también apuesta al centro y "ha tratado de desdibujar su perfil neoliberal", señaló Cardarello.
Tanto Cardarello como Garcé señalaron que la búsqueda del centro por parte Lacalle Pou se evidencia en su promesa de no eliminar algunas políticas sociales vigentes o no alterar drásticamente las relaciones laborales.
"Te diría que (lleva adelante esa estrategia) desde hace cinco años, cuando hizo aquella campaña llamada por "La Positiva", que pretendía cambiar sólo aquellas cosas que valía la pena modificar. Todo tiene que ver con lo mismo: con no espantar a los electores más centristas y con poder captar a los exvotantes del Frente Amplio", dijo Garcé.
En la campaña de 2014, Lacalle Pou adoptó el lema "La Positiva", con el que intentaba presentar una imagen más moderada, conciliadora y moderna.
Entonces ya Lacalle Pou afirmaba que buscaría "mantener lo que esté bien hecho, cambiar lo que esté mal y hacer lo que nunca se hizo", y se mostró dispuesto a mantener en sus cargos a algunos jerarcas frenteamplistas destacados.
La búsqueda de Martínez
En tanto, el Frente Amplio está luchando por retener a los "desencantados" que apoyaron esa coalición en las últimas elecciones, y que en su mayoría son de centro, explicó Cardarello.
Por su parte, Garcé dijo que una de las señales de esa apuesta al centro es el cambio de tono de la compañera de fórmula de Martínez, Graciela Villar, quien en pasados discursos llegó a decir que en las urnas habría una lucha "entre oligarquía y pueblo" y advirtió que en Uruguay "se impone la línea bolsonarista".
En los últimos meses, Villar ha aparecido menos en los medios y con declaraciones más moderadas.
También en un aparente intento de atraer al electorado de centro, las principales figuras del Frente Amplio marcaron una distancia con el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, calificándolo de "dictadura", entre ellas el propio Martínez, el ministro de Economía, Danilo Astori, y el expresidente José Mujica (2010-2015).
Razones y consecuencias
Garcé explicó a Sputnik que la lucha por el centro se ha vuelto cada vez más fuerte en Uruguay desde la reforma constitucional de 1996, que estableció la regla del balotaje.
"Esto implica que tarde o temprano en la primera o segunda vuelta los candidatos van a tener que ser votados por los extremos y por los electores de centro", señaló.
Otra razón es que más de la mitad de la población uruguaya se define como de centro, mientras un 20% se considera de derecha y otro 20 de izquierda, explicó el especialista.
"Cuando esta lógica se lleva al extremo, los partidos no se diferencian en nada y eso puede ser frustrante para la ciudadanía", señaló Garcé.
La última encuesta de cara a octubre, realizada por la consultora Equipos y publicada el 29 de julio, señala que el Frente Amplio lidera la carrera con 30% de las intenciones de voto, seguido por el Partido Nacional con 26% y en tercer lugar el Partido Colorado con 15%.