La ministra francesa de Defensa, Florence Parly, presentó en público el plan avanzado por Emmanuel Macron el 13 de julio para calentar la parada militar en los Campos Elíseos. Francia entra en la "guerra de las galaxias" a partir de septiembre con un mando especial que "protegerá y defenderá sus intereses en el espacio, si son amenazados o espiados, pudiendo llegar hasta la destrucción del objeto agresor".
Lanzaderas reactivas, láseres de gran potencia, ametralladoras, satélites y nanosatélites patrulleros formarán parte del nuevo cuerpo de ejército que vigilará los intereses franceses en la exoatmósfera.
Pero a las explicaciones técnicas de la ministra de Defensa no le podía faltar una justificación política, indispensable en la preparación de un eventual conflicto en lo que el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, define como "el próximo campo de batalla". Y fue ahí donde Parly mencionó a Rusia como enemigo, relatando lo que ya denunciara el pasado mes de septiembre: "un acto se espionaje del que fue objeto el satélite militar franco-italiano Athena-Fidus por el satélite ruso Luch Olymp".
El ingenio ruso habría dejado su tarjeta de visita desde entonces a otros ocho nuevos satélites de otros países, según dijo Parly.
"Histeria antirrusa"
Los militares franceses, a diferencia de los políticos, no parecen tan obsesionados con lo que Vladímir Putin llama la "histeria antirrusa". Así, el jefe del Estado Mayor, general François Lecointre, pone el foco sobre China, sin necesidad de visitar el espacio exterior. "La actitud de China", ha manifestado, "no es precisamente amistosa y desinteresada. Observo una actitud cada día más agresiva de ese país, más allá del Mar de China, también en África y en las nuevas rutas de la seda".
Por supuesto, Francia manifiesta su deseo de incorporar a otros países europeos en su proyecto. La colaboración ya existe en el campo de la observación a través de satélites, pero París dice querer una mayor integración en el nuevo aspecto de defensa.
Independiente de la OTAN
La ciudad de Tolouse albergará el centro de mando de la nueva sección del ejército francés. Esa ciudad del sur de Francia es ya el centro espacial del país y de Europa, en parte. Es allí donde se encuentran las sedes de empresas como Airbus, EADS, Thales Alenia o ArianeGroup.
Además del mando espacial, se creará un "Campus Espacial" que englobará el actual Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNEES) y un laboratorio especializado en ciberdefensa. Por último, Toulouse acogerá también una Academia del Espacio. La ciudad multiplica así su atractivo para el espionaje extranjero.
Los avances tecnológicos permiten ya controlar los datos que hacen funcionar un país. Funcionar y, por lo tanto, bloquear si se trata de una acción del "enemigo". Hospitales, tráfico aéreo, marino y terrestre, información bancaria o comunicaciones de todo tipo pueden ser objeto de un ataque desde el espacio. Un ataque con menos sangre vertida sobre el terreno, pero de consecuencias mucho más devastadoras sobre la vida cotidiana.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK