Todo está relacionado con todo, aparentemente, aunque algunas de las partes nieguen este extremo. El 4 de julio, día en que EEUU celebra su Independencia, las autoridades una colonia británica –la única colonia en Europa–, Gibraltar, detenían a expresa orden de Washington, de acuerdo al canciller de España en funciones, Josep Borrell, al buque petrolero iraní con bandera panameña Grace 1, so pretexto no probado hasta el momento, de que el cargamento tenía a Siria como destino.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, declaró entonces: "De hecho, tenemos motivos para pensar que Grace 1 estaba transportando su cargamento de petróleo crudo a la refinería de Banias en Siria. Esa refinería es propiedad de una entidad sujeta a sanciones de la Unión Europea contra Siria", aclaró Picardo. Ese 'tenemos motivos para pensar' suena bastante parecido al 'highly likely' tan manido por el Gobierno británico en casos anteriores en los cuales tampoco nunca presentaron pruebas.
"No se pueden detener barcos iraníes sin creer que va a haber algún tipo de retaliación o que Irán de alguna forma va a exigir sus derechos sobre sus aguas territoriales", observa el Magíster en Comunicación Amauri Chamorro.
"La situación es muy delicada porque el discurso [los informes] filtrados de la Embajada del Reino en Washington lleva a confirmar lo que ya hemos notado: pese a que Donald Trump hizo una maniobra de aproximación con Kim Jong-un, hay una presión contra todas las decisiones diplomáticas tomadas por Barack Obama a lo largo de su Gobierno", explica el analista al referirse a que el exembajador británico en Washington Kim Darroch afirmó que Trump rompió el pacto con Irán por "vandalismo diplomático".
Y ocurrió lo previsible. Dos semanas más tarde, viernes 19 de julio, la Guardia Revolucionaria de Irán anunció que había detenido el petrolero británico Stena Impero "por ignorar las normas y reglamentos marítimos internacionales al atravesar el estrecho de Ormuz".
Lo que a su vez está relacionado con el grito de auxilio del ministro de exteriores británico, Jeremy Hunt, quien como si fuera una plegaria, manifestó: "trataremos de organizar una misión de protección marítima con la UE para que haya un paso seguro tanto de la tripulación como de la carga en esta región tan importante".
Para Chamorro, esto demuestra el miedo que, tanto Reino Unido como EEUU le tienen a Irán por su gran capacidad militar.
"Irán no es cualquier país. Tiene amplias capacidades militares de defensa de su territorio, tiene una relación muy estrecha con Rusia y China, y son potencias militares en Medio Oriente donde EEUU en este momento no tiene cómo avanzar sobre ellos militarmente", sentencia Amauri Chamorro.