"Esta es la política de EEUU, la de castigar a aquellos que muestran el más mínimo signo de soberanía, defienden sus propios intereses económicos y tratan de no obedecer a la voluntad de Washington", dijo Grushkó a los periodistas.
El 17 de julio, el Pentágono anunció que excluirá a Turquía del programa de fabricación de los cazas F-35 antes de fin de marzo de 2020 tras el inicio de la entrega al país de los sistemas antiaéreos rusos S-400.
La compra de los sistemas S-400 provocó tensiones entre Turquía y EEUU, que exigió que Ankara renunciara al armamento ruso y en vez de los S-400 comprara los sistemas estadounidenses Patriot.
Washington ha amenazado en varias ocasiones a Ankara con imponer sanciones y suspender la entrega de cazas estadounidenses F-35 si no renuncia a la compra de los S-400.
Turquía busca producir con Rusia sistemas antiaéreoshttps://t.co/DHSF8zQXWy
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 15 июля 2019 г.
Turquía, miembro de la OTAN, aseguró en repetidas ocasiones que no renunciará a la compra de los S-400, pese a la presión de EEUU, que advierte que los sistemas rusos no son compatibles con los estándares de la Alianza Atlántica.
Sanciones contra Rusia
El viceministro ruso expresó convicción de que las sanciones que impone Estados Unidos solo destruyen el derecho y las relaciones internacionales y no tienen eficacia.
"Estas acciones destruyen el derecho y las relaciones internacionales y fomentan la desconfianza entre Estados, especialmente Rusia y EEUU, que son responsables de la seguridad y estabilidad estratégica", dijo Grushkó.
Estas palabras del vicecanciller siguieron a un nuevo proyecto de ley de congresistas estadounidenses, que prevé imponer sanciones contra Rusia por la detención de marineros ucranianos.
El 18 de julio, un grupo de congresistas de los partidos republicano y demócrata de EEUU presentó a la Cámara de Representantes un proyecto de ley que prevé la imposición de sanciones "a 24 altos funcionarios del Servicio Federal de Seguridad de Rusia [FSB, por sus siglas en ruso] y sus aliados".
El pasado 15 de marzo, Washington junto con Canadá y la Unión Europea ya aprovechó el incidente en el estrecho de Kerch para imponer sanciones a varios individuos y entidades de Rusia.
El 25 de noviembre de 2018, tres barcos de la Marina de Guerra ucraniana violaron la frontera rusa al entrar en una zona provisionalmente cerrada del mar Negro y avanzaron hacia el estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov y separa la península de Crimea del resto del territorio ruso.
Las relaciones entre Rusia y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la reincorporación de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
Desde entonces, EEUU, la UE y otros países, aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia.
Rusia subrayó en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania, y reafirmó que la adhesión de Crimea se había llevado a cabo respetando la legislación internacional y la Carta de la ONU.