El partido no fue solo histórico por su extensión, ya que solo le faltó 3 minutos para completar las 5 horas, sino porque fue la primera final de Wimbledon en tener un desempate en el set decisivo, luego de que los jugadores quedaran 12-12 en el quinto set. El puntaje general fue de 7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12.
El set decisivo, o 'tie-break', que muchos califican ya como de infarto, duró dos horas. "Creo que esta fue, si no la final más excitante en la que haya tomado parte, sí una de las dos o tres mejores de mi carrera", afirmó el serbio de 32 años al levantar el trofeo.
Con esta victoria, 'Nole' suma un nuevo Grand Slam. Es su quinto título en Wimbledon y su título 16 de los grandes torneos, solo cuatro detrás del suizo Federer, seis años mayor que él y quien ha ganado 20 Slams.
Detrás de Federar, se encuentra el español 'Rafa' Nadal, de 33 años, con 18 Gran Slams. Así, el joven serbio tiene todo a su favor para ser el mejor tenista de la historia y obtener más títulos que nadie.
La siguiente cita relevante es el US Open y ya el favorito es Novak, especialmente porque es en pista dura, su especialidad.
Inusual celebración
Para los familiarizados con el mundo del tenis, no es inusual ver a 'Nole' agachado, arrancando pasto de la cancha para llevárselo a la boca. Esta imagen, que resulta curiosa para la mayoría, es una tradición del deportista serbio.
"Sabe muy, muy bien este año", señaló con una carcajada cuando le preguntaron por este extraño ritual.
Además, señaló: "no sé lo que han hecho los jardineros, pero han hecho un gran trabajo. Es una pequeña tradición obviamente".
"Cuando era niño soñaba con ganar Wimbledon, así que, como todo niño, sueñas con hacer una locura cuando realmente lo logras, si lo logras, y esta fue una de esas cosas", confesó Djokovic en una entrevista con la BBC en 2018.